Cuando una puerta se cierra, se abre otra. Esto lo sabe a ciencia cierta la judoka Vanessa Zambotti, quien al encontrar cerrada la escuela de computación, se adentró a las clases de judo, pera no dejarlas jamás.
“Mi mamá me mandó a que viera unas clases de computación y fui, pero estaba cerrado, entonces me metí a donde estaba el judo”, recuerda con cariño la mexicana. “De un lado está la escuela de computación y del otro el judo, pues me metí nomás para ver que había”, agregó.
De esa casualidad nació una de las mejores judokas del continente, quien ahora se prepara para su combate en los que serán sus segundos Juegos Olímpicos.
Al practicar judo, Vanessa ha logrado apreciar la vida de acuerdo a la filosofía de este deporte japonés. En el tatami cada esfuerzo cuenta y se debe luchar con toda la fuerza hasta el final.
“Para mi es una filosofía, un estilo de vida, es un deporte muy duro, se considera un deporte para hombres, pero hay que ir quitando esos estereotipos”, mencionó la mexicana para quien este tema nunca fue un problema.
Así enfrentará su combate en la madrugada del viernes (tiempo de México) contra la inglesa Karina Bryant. Su anhelo, sin duda, es llegar a conquistar una presea olímpica, en pos de ese sueño ha invertido cientos de horas durante cuatro años e incluso ha comprometido su bienestar físico.
En el 2003 Zambotti sufrió una lesión en el hombro que la marginó del resto de los Juegos Panamericanos en Santo Domingo; sin embargo, el triunfo llega para aquellos que lo buscan y Vanessa regresó para los Panamericanos del 2007 donde logró colgarse el metal dorado.
En la recta final de preparación para los Juegos Olímpicos de Beijing, Zambotti pasó por algunos momentos complicados luego de que se lastimara el pie en uno de los campamentos de preparación. Algo que no logró frenarla, pero sí le causó molestias durante una parte del viaje.
Sin embargo, agradeció haber tenido la oportunidad de entrenar en Japón, la tierra donde nació el judo. Ahí pudo conocer una de las escuelas más tradicionales y comprendió que esta disciplina oriental va más allá de la competencia externa. Consiste en saber dominar en el interior.
Ahora, cuando entre al gimnasio de judo en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, sabrá que está abriendo la puerta correcta.
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