FOTOS:ANDREA JIMÉNEZ
Monterrey, N.L.-Los Rayados del Monterrey vencieron 3-0 a Dorados de Culiacán en un partido donde al equipo de casa le bastó jugar bien medio tiempo para sellar su triunfo.
No tuvieron necesidad ni siquiera de meter el acelerador a fondo. Luego de marcar sus dos goles en la primera etapa por conducto de Cardona –¡Golazo!– y Funes Mori, sobrellevaron el encuentro, hasta que vinieron de la banca al Cándido Ramírez y De Nigris para diseñar el tercero, al minuto 92.
El cuadro sinaloense mostró sus limitaciones tanto en su cuadro bajo, medio terreno y en su ataque; lo que les sobró fue vergüenza y personalidad. Metieron la pierna y trataron de muchas formas de no ser superados frente a un rival que se vio sobrado para darle trámite al partido, sin ánimo de masacrar, pero sí de aprovechar las facilidades que tuvo para dibujar una evidente superioridad en el marcador.
El Monterrey tuvo más tiempo el balón en medio campo en el primer lapso y al minuto 15 Cardona hizo estallar al domo plateado luego de tomar una pelota fuera del área y sacar un cañonazo que no paró hasta estremecer la red. Nada pudo hacer el arquero Frausto, que solo voló, adornando la ejecución.
A los 40, el mismo Edwin vino desde el corredor del área con el balón cosido a los tobillos, paseó por la parte frontal del área, amagando que iba a jalar del gatillo, pero cedió en corto a Osorio, quien le devolvió una pared por encima de la defensa, la bajó con el pecho y bombeó sobre la salida del guardameta; el balón pegó en el larguero y le quedó a Funes Mori, que solo la empujó, sin marca alguna.
Para el segundo tiempo, Dorados hizo algunos ajustes. Entró “Chocolotao”, Wilson Thiago Matías, para ayudar a Gonzáez y Arce en el medio campo y se notó. Tuvieron mucho más tiempo el balón y arremetieron con más deseos que ideas claras, pero sin tino para hacer la penúltima jugada y el tiro a puerta.
Monterrey ya atacó con menos convicción, sin ánimos de pisotear al rival. De la banca llegaron Ramírez, Zavala y De Nigris y cuando el silbante ya estaba viendo el cronómetro y agarrando aire para tirar el silbatazo final, vino un balonazo largo para Ramírez que parecía perdido, se revolvió en un palmo de terreno, enfiló sobre la línea de pintura final y sacó un centro templado que voló al arquero, pero no a Aldo que le metió la frente y la puso en la red.
Un resultado que dejó un poco más en el fondo al cuadro de Culiacán y al Monterrey lo ubicó con 12 puntos en la parte alta de la clasificación.