México, D.F. / Octubre 20.-
La temporada 2010 del beisbol de las Grandes Ligas no pintaba nada bien para el lanzador reynosense Jaime García, pero el zurdo de los Cardenales de San Luis salió de una fuerte operación en el codo para realizar una espléndida campaña que lo tiene como todo un serio aspirante a ganar el trofeo del novato del año en la Liga Nacional.
Jason Heyward, de los Bravos de Atlanta, y Buster Posey, de los Gigantes de San Francisco, son sus rivales en esta cerrada lucha, pero él ya se siente triunfador: “Si llego a ganar sería un honor y estaría muy contento, pero si no llega de todas formas estoy feliz por haberme establecido en Grandes Ligas, donde aprendí muchas cosas”.
Con una cosecha de 13 triunfos y ocho descalabros, además de una gran efectividad de 2.70, García brilló con luz propia en el montículo, colocándose en el cuarto lugar en su especialidad, en una campaña donde recetó 132 ponches a sus rivales.
El zurdo entonces hace un balance de la que ha sido una campaña soñada: “Llegué listo para aprovechar la primera oportunidad y todo se combinó a mi favor. Ya tenía la experiencia de Grandes Ligas en 2008, pero fue algo que la verdad no esperaba, que iba a darse tan bien, pero estaba preparado físicamente y mentalmente”.
Con 24 años de edad, García cierra 2010 con 163 entradas y un tercio cubiertos, 13 victorias y 2.70 de efectividad, números que presagian una carrera de éxito en la Gran Carpa, pero en la que el exceso de confianza puede echarlo todo a perder.
“He aprendido a preocuparme sólo por lo que puedo controlar; de niño mi sueño era llegar a las Grandes Ligas, ya lo hice, pero falta mantenerme y debo estar muy concentrado para conseguirlo”, refiere confiado.
Originario de Reynosa, el zurdo sabe que con su talento puede hacerse de mucho dinero en la pelota caliente, y admite que todo pelotero debe batallar para que ese pensamiento no lo saque de su objetivo.
“Es difícil, todos pasamos por lo mismo y ahí es donde se ve la madurez de cada uno. No puedes dejar que esas cosas te afecten”, dice.
El muchacho es directo, tanto como su poderosa recta de 92 millas: “Ha sido difícil llegar, pero lo más duro es mantenerse, me queda mucho por recorrer y estoy abierto a aprender, a pesar de la buena temporada, sé que tengo cosas por mejorar, si no nada habrá servido”.
Aunque vive desde hace cuatro años en EU y domina el inglés a la perfección, no se ha salvado de sentir a veces nostalgia, pero su deseo de ser una gran estrella del beisbol es más fuerte.
“Claro que sí extraño, las tortillas de harina que hace mi madre, por ejemplo, y lo demás de México, aprovecharé estos días para disfrutarlo todo, estaré un mes de vacaciones y a finales de año regreso para empezar temprano los entrenamientos para la temporada 2011”, finalizó.
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