Ciudad de México.-
Han pasado 11 días desde que la ahora reconocida “interferencia no marcada” ocurrió en la Final de la NFC y la jugada sigue como tema de conversación en la semana del Super Bowl LIII.
El defensivo profundo de los Rams, Nickell Robey-Coleman, declaró que recibió amenazas de muerte en redes sociales luego del controversial golpe que no fue interpretado por los árbitros como castigo y que ayudó a su equipo a llegar a Atlanta.
“Sí, tuve como una o dos amenazas de muerte. Quiero decir, no era nada a lo que realmente presté atención. Creo que era solo un perfil falso que estaba en línea por alguien que probablemente estaba amargado y no le gustó la llamada y dijeron algo en Facebook o Instagram o algo así. Pero los ignoré y seguí adelante”, sostuvo Robey-Coleman.
El miércoles al medio día, el comisionado de la NFL Roger Goodell por fin aceptó que los oficiales se equivocaron en su apreciación, pero los disculpó al recargarse en la naturaleza del ser humano proclive al error.
El castigo no marcado habría puesto a los Saints a centímetros de la zona de anotación, rompió corazones entre los aficionados del equipo que sufrieron al ver como el viaje a Atlanta se les escurrió.
Desde el domingo de hace dos semanas, Nickell Robey-Coleman, pero sobre todo los árbitros y Roger Goodell, se convirtieron en el enemigo público número uno de Nueva Orleans.