México, D.F. / Junio 1.-
Hace apenas seis años, el imperio construido por el dueño de los Lakers de Los Angeles, Jerry Buss, comenzaba a derrumbarse.
Buss cambió al jugador más dominante de todos los tiempos Shaquille O’Neal y quizá el mejor entrenador de la historia en Phil Jackson. Tres días después de quedarse a tres victorias de ganar su cuarto campeonato en cinco años, Buss desbarató el núcleo de su dinastía y no parecía preocupado. Ahora sabemos los motivos de su tranquilidad.
Buss, aunque lo niega, complació a su estrella Kobe Bryant, quien ya no quería tener cerca a ese par a su lado y tras su salida renovó contrato por siete años y 136 millones de dólares.
Criticado por darle poder a Bryant, la decisión ahora parece brillante.
Del roster que había disputado esas finales, sólo quedan en el equipo Bryant, Derek Fisher, quien tuvo un efímero paso con Utah y el reserva Luke Walton.
Del resto del equipo: Brian Cook se fue a Houston, Rick Fox se retiró, Devean George fue a Golden State, Horace Grant se retiró lo mismo que Karl Malone y Stanislav Medvedenko, Gary Payton, Bryon Rusell y Jamal Sampson.
O’Neal se fue de Lakers a ganar un campeonato en Miami y en los últimos años ha venido a menos con roles secundarios en Phoenix y Cleveland.
“Cuando despidieron a Phil, sabía que era el fin, estaba muy molesto porque sabía que se venían cambios y no quería ser parte de ellos”, dijo O’Neal.
En el cambio a Miami, los Lakers recibieron a cambio a Lamar Odom, Caron Butler y Brian Grant, tres delanteros que nunca habían sido estrellas, además de una selección del draft.
“Cuando tienes una dinastía que comienza a envejecer hay que rejuvenecer al equipo, a veces irte hasta el fondo”, dijo Buss en su oportunidad. ”Ese pensamiento me daba miedo y me depremía de sólo pensarlo”.
Buss sentía un verdadero aprecio por el poste más dominante de todos los tiempos, pero mucho más amor por su equipo y sabía que tenía que hacerlo.
Al principio, O’Neal fue suplido con Vlade Divac, quien jugó sólo 15 partidos antes de sucumbir por problemas de la espalda, mientras que Jackson fue reemplazado con Rudy Tomjanovich, quien había sido figura con Hoston en los noventas, pero sólo dirigió 43 partidos y se retiró por problemas de salud.
Los Lakers tuvieron récord de 34-48 en su primera temporada luego del cambio y se perdieron los playoffs por apenas la quinta ocasión en la historia del equipo fundando en 1949.
La pésima campaña y las bajas inesperadas de Divac y Tomjanovich pusieron en movimiento a Buss y los Lakers volvieron a ser contendientes.
El primero fue traer de regreso a Jackson, quien en su ausencia publicó un libro en el que decía que Bryant era un jugador al que no se podría entrenar.
Jackson resolvió su asunto platicando con Bryant y sobre la duela, los Lakers cambiaron a Butler y Chucky Atkins a Washington por el poste Kwame Brown y Laron Profit. En el draft del 2005 tomaron al poste de 17 años de edad Andrew Bynum, a quien veían con el potencial de ser otro O’Neal, aunque no sería algo repentino.
Los Lakers fueron eliminados por los Soles de Phoenix en los playoffs de los siguientes dos años, una experiencia que llevó a Bryant a pedir un cambio.
Los Toros de Chicago se apuntaron por sus servicios y el cambio estuvo muy cerca de realizarse, pero los Lakers no recibieron lo que pedían a cambio y Bryant se quedó en el equipo.
“Se me hicieron promesas de mejorar el equipo que no ocurrieron”, dijo Bryant en ese momento.
Pero los Lakers no hicieron mucho al menos en ese momento y así se embarcaron en la temporada 2007-08.
Su única adición fue la de Fisher, quien pidió al Jazz que lo dejara en libertad para poder encontrar un nuevo equipo donde exisitieran las condiciones para atender a su hija, quien tenía un tumor en el ojo. Utah lo dejó libre y Fisher firmó con Los Angeles dos semanas después.
El año anterior, los Lakers habían usado la selección colegial de Miami para tomar al armador Jordan Farmar además de agregar al roster al delantero Vladimir Radmanovic.
En el draft del 2007 seleccionaron a Javaris Crittenton y al español Marc Gasol, quien iba a permanecer en su país por lo menos un año más. Esos dos jugadores fueron parte del vital cambio que ayudó a los Lakers a regresar a los primeros planos.
El 1 de febrero del 2008, los Lakers cambiaron a Kwame Brown, Crittenton, los derechos de Gasol y sus selecciones de primera ronda en el 2008 y 2010 a Memphis en intercambio por Pau Gasol. Cuatro años después de desmantelar al equipo que ganó tres cetros en fila y fue a cuatro finales de la NBA en cinco años, los Lakers estaba de vuelta en las Finales de la NBA, en las que perdieron ante los Celtics de Boston, pero las piedras del campeonato estaban colocadas.
Un año más tarde, cambiaron a Radmanovic a Charlotte por Shannon Brown y Adam Morrison y consiguieron volver a las Finales, en las que derrotaron al Magic de Orlando para lograr su decimoquinto cetro.
Lo que comenzó en su momento como un desastre de relaciones públicas al cambiar a O’Neal, poco a poco se transformó en lo que ahora vemos.
Los Lakers están en sus terceras finales consecutivas, séptimas en una década y tienen firmados por los próximos tres años a sus titulares Bryant, Gasol, Odom, Bynum y Ron Artest.
Antes de poderse llamar una nueva dinastía deberán dar cuenta de unos potentes Celtics en lo que será una revancha para ellos luego de lo ocurrido hace un par de temporadas.
A partir del próximo jueves, se comenzará a escribir esa nueva historia.
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