Monterrey, Nuevo León.-
Chupetazos. Humberto Suazo puso a Monterrey con corona y media sobre su cabeza. El chileno con dos grandes goles le dio la ventaja de 2-0 a Rayados sobre Santos Laguna, en el juego de ida por la final de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Porque fue un partido duro, que hasta el minuto 59 estaba con un cerrojo, pero Suazo encontró la llave con un golazo, en tiro de larga distancia y para acabar con la noche, se llevó a toda la defensa lagunera para a los 88 acabar, en apariencia con la serie y darle, en apariencia, la corona de la Concacaf a Monterrey, de nueva cuenta.
El juego de vuelta será el próximo miércoles allá en La Laguna, en el Corona, donde Rayados no podrá contar con Suazo, quien será suspendido por acumulación de amonestaciones, pero con lo que hizo en la ida fue suficiente, un par de “Chupetazos” y la corona, casi, es de Monterrey.
De alarido
Un cero a cero de alarido, con los dos equipos en busca de la tierra prometida según sus fuerzas y las circunstancias que los rodeaban.
Porque es verdad que Santos Laguna, al verse tan copado por los Rayados, se metió en su propio campo, en su propia área, pero también es cierto que a la hora del contragolpe, los Guerreros eran unos demonios liderados por Darwin Quintero.
Monterrey salió revolucionado, Monterrey salió a dar el primer golpe a toda costa, pero no contó con que la defensa a ultranza de Santos estaría tan bien plantada.
Suazo, Cardozo Reyna y De Nigris lo intentaron por todos lados, por todos los sectores. El “Chupete” era quien se veía más desesperado al traer sobre su espalda la pesada marca de Felipe Baloy, quien no lo dejó ni a sol ni a sombra, lo limitó a destellos, aunque los destellos del chileno siempre han podido dar vuelta a un juego.
Los porteros, Oswaldo y Orozco, fueron observadores activos. Es verdad que no tuvieron grandes acciones durante la primera parte, pero es verdad también que sus porterías estuvieron acosadas, más la de Los Guerreros que la de los Rayados, pero el peligro siempre zumbaba, muy cerca de donde se grita el gol.
La segunda parte tuvo el mismo tinte, con Monterrey echando el resto para aprovechar la localía, para aprovechar los minutos que Suazo estuviera en la cancha. Y “El Chupete” no decepcionó. Primero aprovechó un gran servicio de Aldo de Nigris para fusilar a Oswaldo y después hizo la jugada de la noche para consagrarse, aún más, frente a la afición regia.
Santos quiso responder pero no le fue suficiente. Ahora en La Laguna tratará de lograr la hazaña, por lo menos empatar para alargar el juego y buscar la corona, una corona, que parece, está en manos de Monterrey y se quedará en tierra regia.
A base de Chupetazos.
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