Houston, E.U. / Julio 7.-
“Buenas tardes”. No hubo contestación de Javier Aguirre al saludo, y eso no es común en él. El técnico nacional bajó del autobús que transporta al equipo con el plan de trabajo en mano y la mirada al suelo. Evita el contacto directo con las cámaras. Lleva la disciplina a tope. Se abstrae en el papel del jefe.
El estratega tricolor se ha convertido en una especie de general que controla cada paso de los jugadores a los que dirige con la misión de rescatar el “Plan Sudáfrica 2010”.
Como comandante de la misión, Néstor de la Torre, quien llegó como director de Selecciones Nacionales y de inmediato trabajó en un manual de comportamiento. “No concibo nada sin el orden”, dijo Aguirre unas semanas atrás. “Toda actividad del ser humano parte de eso, definitivamente”.
Cualquier movimiento de los futbolistas mexicanos está bien definido. Comidas, charlas, prácticas, conferencias; nada se sale del método que implementa Aguirre y que ha sido acatado por los tricolores, al menos los que están en la Copa de Oro.
Pocas salidas del hotel de concentración fuera de lo que son los entrenamientos, trato controlado con la gente y medios; puntualidad, seriedad en todo momento, pero especialmente en los trabajos en cancha y mucha concentración, son más del método Aguirre.
“La disciplina es algo que no puede estar de más, que cuando te pones la playera debes tener un tipo de conducta porque representas a tu país”, comentó el defensa Fausto Pinto.
“Aguirre es un gran técnico y por eso está en la Selección. Estamos encantados con su sistema de trabajar y la disciplina es básica, si no la hay dentro del campo sería difícil que formes un equipo que brinde los resultados que quieres”, complementó Giovani dos Santos, uno de los más jóvenes en el grupo junto a Carlos Vela.
Estos dos han aprendido algo diferente a la “libertad” que tuvieron en las selecciones menores con Jesús Ramírez y que se mantuvo en la era de Sven-Göran Eriksson, etapa en la que la disciplina de la Selección Nacional sufrió fuertes golpes que se tradujeron en pobres resultados.
“Hay veces que de repente uno se sale de lo básico y creo que todo es fácil en su trabajo, pero si retomas los principios te ayuda a superar los obstáculos y eso estamos haciendo ahora”, dijo Israel Martínez para resaltar una metodología distinta, a la que les costó trabajo acostumbrarse.
Aguirre ha comenzado con los primeros síntomas del síndrome de Ricardo La Volpe, quien furioso por las constantes secuencias fotográficas, lanzó agua a las cámaras en la concentración de México en Alemania 2006.
Las formas del estratega nacional para esta Copa de Oro sorprenden a quienes le conocieron cuando logró clasificar al Tricolor a la Copa del Mundo del 2002. “Así no era, siempre sonreía”, no dejan de decirse los que ven cómo extrañamente se aleja con el rostro de piedra, igual que el de un general en servicio.
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