México, D.F.-
Parece que el torneo de Liga va falleciendo para Cruz Azul. La inoperancia ofensiva y los errores en defensa han hecho que el sistema de juego de Enrique Meza se vuelva impotente y haga que la Copa Libertadores sea por lo que hay que luchar.
La Máquina volvió a caer, ahora en casa, por un descuido, por un minuto de desatención que le valió el juego ante Santos, que lo derrotó 1-0 con gol de Darwin Quintero. La Máquina se queda más lejos de la zona de calificación con 14 puntos, y los laguneros recuperan la cima del torneo, con 23 unidades.
El abucheo con la que salió el equipo es el reflejo de la desesperación que hay y que se acumula con todo: lesiones, bajas de juego y ahora un largo viaje a Brasil, para jugar contra el Corinthians.
Las ausencias afectaron más a Cruz Azul que a Santos. De inicio, los laguneros no resintieron estar de visita e hicieron suya la cancha del Azul, con todo y balón, con todo y control de juego.
El ímpetu guerrero pronto dio resultados y provocó que un desbordado Gerardo Flores cometiera una mano que compró muy barata el árbitro.
Oribe Peralta se paró frente a la portería para cobrar el penalti, pero al final le temblaron las piernas y echó su disparo por un lado.
La falla de Santos despertó a Cruz Azul, que a pesar de tener en la cancha al “Chaco”
Giménez, enfiló sus baterías al novato Marco Angulo, quien por la derecha intentó una y otra vez desbordar hasta encontrar la cabeza de Omar, quien, sin ángulo, dejó la pelota entre Oswaldo y el poste.
Pero Santos tenía la onza, o mejor dicho a Darwin. Él solo volvía loca a la joven defensa cementera. Su primer aviso fue enviar el balón al poste y el segundo fue mandarlo a las redes en una falla de marcación de Fausto Pinto.
El cuadro de La Noria buscó el milagro en la agonía del primer tiempo, pero Omar Bravo falló al momento de cabecear la pelota.
En la segunda parte, ya con Maranhao en la cancha, Cruz Azul revolucionó su ataque. El brasileño abrió el lado izquierdo y los balones a Villa comenzaron a caer, aunque la mira del “Tito” andaba chueca.
La respuesta de Benjamín Galindo fue apostar por el contragolpe y Christian Suárez ingresó a la cancha, lo que hizo que el costado derecho de La Máquina desapareciera en pos de cuidar al atacante ecuatoriano.
Las malas noticias se acumulaban para Cruz Azul. El tiempo corría y lo peor era que el motor, Christian Giménez, se dolía del hombro derecho, lo que mermaba su accionar, quedando solo Maranhao como llave para romper el cerrojo lagunero.
Parecía que la suerte cambiaba cuando el joven Jesús Armendáriz, con apenas dos minutos en el campo, se hizo expulsar. Le quedaban 15 minutos a los Cementeros para intentar reaccionar.
“Chaco” probó de lejos y Oswaldo rechazó; Jaír Pereira falló un cabezazo y el tiempo corría.
Villa intentó una media chilena y el balón pasó por encima… se dieron cuatro minutos de prórroga, pero pudieron dar 45 más y el gol no iba a llegar. Santos se quedó con nueve hombres por la expulsión de Aarón Galindo y pese a ello superó a una Máquina impotente.
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