Chambelanes, pastel, baile y un lugar en la historia olímpica. La tiradora con arco, Mariana Avitia no podía pedir mejor regalo para sus tradicionales 15 años, este 18 de septiembre.
“Ya tengo planeada mi fiesta de 15 años, haré una fiesta e invitaré a todos mis amigos”, dijo Avitia quien tendrá a su primo como uno de los chambelanes en una de las fiestas más tradicionales en México.
Avitia llegó a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 como la más joven en clasificar en su deporte y regresará a México como la más joven en quedar entre las ocho mejores tiradoras del mundo.
Cualquier adolescente se deleita saltándose un día de clases y Mariana no es la excepción, sólo que en su caso no se trató de una cita con el doctor o un día de pinta en algún centro comercial, llevaba el nombre de México a la cita deportiva más importante del mundo.
“A mis 14 años y mis primeros Juegos Olímpicos me siento muy orgullosa”, mencionó sobre su participación en los octavos de final donde sucumbió ante la coreana Un Sil Kwon, 105 a 99.
Dentro de la competencia Avitia es una aguerrida tiradora, que puso a temblar a varias atletas mucho más experimentadas que ella, pero fuera del área de tiro es una vibrante adolescente que adora la música de The Killers y Yellowcard entre otros, pasar el tiempo con sus amigos y las compras.
El ascenso de Mariana en el deporte de alto rendimiento ha sido meteórico, comenzó como todos en la Olimpiada Nacional, pero su calidad la llevó a protagonizar sus primeros Juegos Panamericanos el año pasado donde terminó décima.
En estos Juegos Olímpicos, Mariana no estuvo sola. De su saco de flechas pende una muñequita de tela, Pucca, y de su acreditación una de las mascotas olímpicas, Yingying, que le recordará por siempre que los sueños llegan a cumplirse.
“En clasificatorios pensaba que me iba ir bien quedar dentro de las 20 primeras, pero en ronda olímpica ni lo imaginaba”, dijo la mexicana, cuyo espíritu competitivo está a flor de piel.
“Fue una gran experiencia pero como quiera me quedan muchos años, siguen muchas competencias importantes”, agregó con un toque formal que perdió al recibir una buena noticia.
Con el octavo lugar en los Juegos Olímpicos entra como candidata a una de las becas del fideicomiso CIMA, que se encarga de sufragar gastos de preparación y entrega una beca mensual.
Al escucharlo sus ojos se iluminan y esboza una sonrisa. Se podría decir que esta noticia es la cereza del pastel para la próxima quinceañera.
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