Kingston, Jam. / Oct.12
De nada sirvió el puño de arenga de Oswaldo, el tambor de los arcaicos arawaks reclamó la ‘X’ para la Xaymaica de la jota y dejó a México sin ‘X’, sin temoseñal, sin calificación, vaya, con derrota (1-0).
Es Kingston, donde no se escatima en evocaciones. Es el estadio Nacional, que igual detona su pequeño mundo amarillo con canto de Marley, que presenta a su último tótem Usain Bolt junto a Asafa Powell estirando la euforia de la fiesta del domingo anterior, con el afán de contagio para sus Reggea Boyz.
Efectivo, sí. Seis minutos y el puño de Oswaldo Sánchez ya había volado para alejar un esférico de un equipo tan fuerte, como rápido y limitado, un once que sólo tiene de dos para la cabeza, rastas o rape, e igual tiene metido entre sus centrales a Oneil Thompson con el nueve del artillero.
Qué importa, el gol llegó en disparo de Ricardo Fuller (al 13’), por eso la fiesta caribeña es como merey del diablo, ese fruto africano popular y dulce para isleño y amargo para el que una vez fue llamado el Gigante de la Concacaf.
Este sábado a Salcido le hicieron ‘obeayisne’ —habría sido vudú en Haití—, impreciso, sin agarre en el área, sufrido hasta para despejar el balón de rutina y equivocado a la hora de meter la diagonal al área. No fue el único, Ricardo Osorio estuvo atado, luego lesionado y Jonny Magallón aún busca con desesperación el camión con el dorsal en 10, que se dio gusto atropellándolo.
Decía Hugo Sánchez que con el verde, México se confundía, con el blanco entonces, se transparenta. Flota en el campo sin almirantes. Pendiente de si el chispazo de Giovani Dos Santos, que lo tuvo, pero a Carlos Vela aún le faltan galones. Necesitado de que Rafael Márquez los empuje porque Gerardo Torrado es demasiado defensivo, y ni Fernando Arce ni Luis Pérez pueden con una responsabilidad que les parece espeluznante.
Había que buscar en el banquillo alguien que tuviera conjuro contra el obeayinse. Sven-Göran Eriksson no se levanta, nadie en el campo, menos en la banca. El último de las grandes hazañas, de la más reciente remontada en Kingston — Cuauhtémoc Blanco— dijo adiós en Chiapas. Paradoja: Jugando de blanco, no hay Blanco que los salve.
Así, México olvidó concentración y variantes en una maleta dentro del cuarto de Sven, en el hotel de su estancia. Impotencia inucitada entre tantos ‘europeos’. Inglaterra le arrebató Jamaica a España en 1655 y ayer México no pudo sacarle un triste punto ni con toda su armada inglesa (Giovani y Vela), española (Márquez y Omar Bravo), alemana (Osorio y Aarón Galindo) y holandesa (Salcido). Andrés Guardado se comió la derrota en la banca.
Ni siquiera con la ayuda de algún naturalizado, como fue le caso de Matías Vuoso, u otro joven —Arellano— que siguen quedándose demasiado cortos a la hora de sarandear la red.
Derrota sobre el puño de arenga de Oswaldo, acatarrados por los tambores de los arcaicos arawaks que nombraron a este pedazo de paraiso en el caribe como Xaymaica, la que dejó a México sin su ‘X’ y sin una temoseñal que los salve.
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