México, D.F. / Marzo 10.-
El pitcheo mexicano se redimió, la afición se contentó y la esperanza renació con base en los batazos de un hombre: Adrián González.
Y justo con la contundente exhibición esperada de un equipo herido en el orgullo, vino un triunfo obligado y necesario para mantenerlos con vida en su paso en el Clásico Mundial de Beisbol 2009.
Élmer Dessens estuvo intocable en el centro del diamante, y la ofensiva Tricolor aprovechó todo lo que la inexperta defensiva sudafricana les dio, González pegó par de jonrones y empujó seis anotaciones para que México venció 14-3 a la escuadra sudafricana.
Dessens hizo gala de su amplia experiencia lanzando en el Foro Sol y aparte aprovechó un rival sin tanta pólvora en las muñecas para lanzar seis entradas en las que admitió dos anotaciones, una de ellas limpia con tres ponches.
No es precisamente un juego sin hit, pero ante las condiciones del terreno y tras la paupérrima exhibición del pitcheo mexicano la noche del domingo, las argollas colgadas por el sonorense tuvieron un sabor especial.
González, el estelar inicialista de los Padres de San Diego, dejó en claro que la ofensiva no es el problema de las huestes del ex cañonero Vinicio Castilla. No lo había sido tampoco en ese primer partido de pesadilla.
Un doblete productor del californiano de origen tijuanense puso a México en la pizarra en la misma primera entrada. Luego de que Dessens permitiera un triple con uno fuera de Gift Ngoepe, quien anotara en rodado de Jonathan Phillips, Adrián, el gran protagonista de la noche, volvió a aparecer.
Freddy Sandoval abrió la tercera entrada con doblete, y con dos fuera, González sacó tremendo tablazo por todo jardín izquierdo ante los lanzamientos del derrotado Justin Erasmus, para colocar a México al frente y nunca más tener que voltear hacia atrás.
Dessens se encargó de que así fuera al no permitir una carrera limpia el resto de su labor, retirando, incluso, a 11 enemigos seguidos en un tramo entre la tercera y la sexta entradas.
Con México al frente apenas 3-2, la tensión se comenzó a acumular en las cerca de 12 mil almas que mantuvieron la fe en la novena nacional tras la pobre exhibición ante Australia.
Pero llegó la entrada de las grandes acciones, la séptima, y Alessio Angelucci no pudo con el paquete. Fue victima del descontrol y su defensiva no le ayudó. Dos sencillos, dos bases, incluyendo una Jorge Cantú con la casa llena, y un error de dos anotaciones más a batazo de Karim García y la fiesta comenzó de nuevo en la tribuna.
Y el relevo aguantó. Cuando se vislumbraba una nueva debacle con Rodrigo López, algo oxidado, retirando a sólo dos enemigos y Ricardo Rincón nuevamente incapaz de poner fuera a su único enemigo, Luis Ignacio Ayala llegó a poner orden.
Y González reapareció para mandar un mensaje muy claro. México tiene sed de venganza. Su segundo jonrón del encuentro, una copia al carbón del primero, pero esta vez de tres anotaciones.
Óscar Robles y Jorge Cantú pegaron sendos cuadrangulares de dos carreras cada uno en la novena entrada para consumar la paliza.
Joakim Soria, en su primera aparición en el Clásico, demostró su calidad de Grandes Ligas con dos ponches y un elevado al central, despidiendo así a la selección sudafricana.
La mala noticia para México fue la ausencia de Alfredo Amézaga, quien se resintió de una lesión en la rodilla y viajó por la mañana a Florida para recibir tratamiento. La buena noticia es que la bestia despertó; su rival del miércoles se conocerá hoy.