México, D.F.-
La vida le dio una segunda oportunidad a Moisés Muñoz. Hace poco más de un año, el portero del América sufrió un accidente en la autopista México-Morelia que lo tuvo inactivo varios meses, sin embargo, esa mala experiencia quedó atrás, pues ahora puede presumir de ser campeón del futbol mexicano.
En entrevista en “Primero Noticias”, Moisés recordó aquel accidente, el cual fue originado “por un chicle”, y tuvo la oportunidad de agradecer al médico que lo operó de la muñeca, pues le dio la oportunidad de retomar su carrera deportiva y ahora, un año después, conquistar su primer título con el América.
“El día del accidente, todos estaban dormidos, así que me agaché a buscar un chicle en la bolsa de mi esposa y es ahí cuando pierdo el control”, recuerda Moisés, quien olvidó el resto de lo ocurrido, pues sufrió un golpe en la cabeza.
Señaló que, al despertar, su primera preocupación fue que sus hijos estuvieran bien y ya después comenzó a cuestionar a los médicos sobre su futuro deportivo…
Esa mala experiencia quedó en el pasado, ahora es campeón del futbol mexicano en una final en la que, además, fue el héroe al atajar dos contragolpes que pudieron matar al América, ante disparos de Pablo Barrera, además de ser el autor del gol que mandó el duelo al alargue.
Sin embargo, no se siente héroe, al contrario, recuerda que es “un esfuerzo conjunto” y destaca que fue “meritorio” lograr la corona jugando con diez hombres desde el m.14.
Compartió una anécdota de su niñez, cuando tenía cuatro o cinco años y usaba todos los días una playera del América, hasta que su madre optó por romperla para que no se la pusiera más. Su abuela la remendó y, varios años después, tras el título, su mamá se la regresó y le pidió perdón.
Sobre su gol, recuerda: “Le pedí a Dios que el centro de Osvaldito se pudiera rematar, pues sucede muchas veces que el portero se va a atacar y mandan un centro a primer poste que terminan por rechazar, pero lo mandó bien y me tocó a mí la fortuna de rematar”.
“Cuando veo salir la pelota me doy cuenta de que venía a donde yo estaba y me tiro de palomita y pasa lo que pasa. La pelota venía cerrando hacia la portería y en ese momento yo estaba un poco atrás, cuando veo la trayectoria, porque llevaba chanfle, me tiro de palomita y afortunadamente terminó en gol”, rememora el guardameta.
El festejo no fue como lo imaginó cuando llegaba a meter goles en entrenamientos, sólo recuerda haberse fundido en un abrazo con Paul Aguilar y después caer al piso. “Yo les decía, levántense, que tengo que regresar a la portería, porque pensé que seguía el partido”.
El resto es historia, Muñoz atajó un penalti a Orozco y Alejandro Castro voló el suyo, eso le permitió coronarse al América, un sueño que tenía desde niño.
“Empecé a derramar lágrimas, nunca en mi vida había llorado tanto, recordé todo, el accidente, lo que dije después de recuperarme. Sé que Dios me puso aquí por algo y una de esas razones, a nivel deportivo, fue para ser campeón”, concluyó.
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