Fotos: Andrea Jiménez
Monterrey, N.L.-
Ni la lluvia, el aguanieve o la sensación térmica de un grado centígrado, fue suficiente para “congelar” al partido de ida de la Gran Final de la Liga MX con unos Tigres y Rayados que se entregaron a tope en el encuentro que, al final, terminó empatado a un gol.
El encuentro cumplió con todas las expectativas que se generaron a su alrededor, con dos equipos que no especularon y desde el pitazo inicial salieron a entregarse buscando quedarse con la copa.
La afición tampoco decepcionó, pues aunque el frío calaba hasta los huesos y la lluvia hacía las cosas peor, llenaron las gradas del Estadio Universitario.
El primer gol del encuentro cayó muy pronto, al minuto 8, cuando al cobrar el primer tiro de esquina del encuentro, Nico Sánchez remató de cabeza y con una clara intervención del portero felino Nahuel Guzmán vio cómo el balón se metió en las redes.
Sin embargo los locales no se desesperaron, comenzaron a tocar el balón pese al asedio de “La Pandilla” y el esfuerzo dio frutos, cuando tras un tiro de esquina lograron provocar un penal que fue magistralmente cobrado por Enner Valencia al minuto 26, cuando se armó de balón y lo mandó a las redes con un tiro “a lo Panenka”.
Tras el descanso ambas escuadras salieron con todo a irse con la ventaja, sin embargo las cosas estuvieron muy parejas y aunque ambos equipos tuvieron claras ventajas de gol, no pudieron anotar.
Por el lado felino estuvo un cañonazo de Gignac que golpeó el poste, mismo que fue respondido por un tiro de Funes Mori que fue milagrosamente salvado por el portero Guzmán.
Incluso el encuentro fue parejo en las expulsiones, pues Vangioni fue expulsado al minuto 87, pero luego Ayala también salió del encuentro al 91.
Ahora todo se definirá el próximo domingo, cuando estos equipos se vuelvan a encontrar en la casa de Rayados, en lo que se espera sea otro encuentro de alarido.