Idulio Islas invita las cervezas. Con los 200 yuanes que se sacó del pants alcanzó para 50. Guillermo Pérez canta El Rey abrazado de otros mexicanos que ni conoce, María Espinoza está peleando por su medalla de oro.
Son los tres seleccionados que vinieron a competir en taekwondo a los Juegos Olímpicos. Los acompaña una porra de unos 100 mexicanos que han gritado, cantado y apoyado con todas las ganas por 12 horas.
Con matracas, banderas, sombreros de charro y una garganta envidiable la han pasado a pura cerveza y galletitas.
El repertorio de canciones es variadito En el bosque de la china, La Bamba, El Rey, El sinaloense, Cielito Lindo y México lindo y querido. Las han cantado más de 20 veces.
Parados arriba de las bancas en cada una de las cuatro peleas de María son los más fotografiados por el público. Sus ánimo retumba en el gimnasio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Beijing: “Mochico Chayo”, “Si se puede”, “Vamos México” “Chayito linda”, “Oro, oro” y “Lo vamos a cantar, lo vamos a cantar”.
En el primer round de la tercer pelea a un chino se le ocurre hacer señas para que la porra deje de gritar. De inmediato los mexicanos le contestan como ya saben: “El que no brinque es chino” y otras innombrables.
Es entonces cuando toda la seguridad del lugar rodea a la porra y en la tiendita de afuera dejan de vender cerveza.
De cualquier modo ya llevan unas 400. Además no se intimidan por la seguridad china y siguen en lo suyo. Apoyando con todo el corazón.
Al final, un día redondo en todos los sentidos, con una soberbia fiesta en las gradas, nuevos amigos y la bandera mexicana de frente, como dos días atrás, en lo más alto. Y ella, María, agradeciendo a la porra más conmovedora de los juegos con una amplia sonrisa.
Discussion about this post