Monterrey, Nuevo León.-
Tres goles en Tijuana; cuatro en Pachuca y siete en Chiapas. Pero en Monterrey, no contaban con “El Tuca”.
El estilo de Ricardo Ferreti prevaleció por encima de la espectacularidad de la Liguilla. Un 1-0 sobre Morelia fue más que suficiente para el “Tuca”, un “Tuca” que se va contento con la ventaja en la ida por los cuartos de final.
Sólo un gol que da al traste con todo el espectáculo desplegado en los tres primeros juegos. Pero también se vale y quizá así, de uno en uno, sea suficiente para Tigres para refrendar el campeonato.
Quién dijo que el “Tuca” es defensivo: Todos lo dicen. Una cosa es ser cauto, pero Ferreti exageró en la ida. Y es que Tigres sabe atacar, y en la primera parte lo demostró, aunque en la segunda, se dedicó sólo a esperar.
El primer tiempo fue un “rosario” de llegadas felinos y un ”rosario” de patadas de parte de Morelia.
Porque mientras Tigres intentaba por todas partes abrir el candado impuesto por Tomás Boy; los chicos del “Jefe” trataban de frenar en vendaval amarillo y la mejor manera era patear a todo lo que se moviera y si se apellidaba Lobos, mucho mejor.
A los golpes Tigres respondió con futbol. Comenzó con disparos de larga distancia que resolvió bien Federico Vilar, pero lo que no pudo resolver fue el gran cambio de juego de Damián Álvarez que Elías Hernández bajó con la cabeza para que Héctor Mancilla, el revivido Mancilla quien estuvo guardado por medio torneo y que cuando más lo necesitaba el “Tuca”, volvió.
La polémica se desató porque parece que el gol lo mete con la mano, pero de igual forma el árbitro se equivocó al dejar en la cancha Joel Huiqui quien planchó a Viniegra.
Después del tanto felino, Morelia despertó. Los críticos sacan el hacha y Ferreti les hace segunda. Echa a su equipo para atrás, como reacción al intento monarca. Morelia se acordó de que sabe jugar y dejó de pegar. Sobre todo por el lado derecho, Lugo y Sandoval quisieron tejer jugadas pero increíblemente el hombre más peligroso de los michoacanos fue Huiqui quien en dos coladas quedó en las narices de Enrique Palos, pero ahí le salió lo defensa central.
Aún con el despertar michoacano, Tigres siguió siendo el más peligroso. El poste salvó a Vilar de otro gol y Romero llegó justo antes de que Mancilla volviera a aparecer.
Morelia buscó el empate durante el inicio de la segunda parte, mas no fue insistente y es que a la larga, la derrota por la mínima diferencia, era algo soportable, algo que se podía llevar a Michoacán, para resolverlo allá.
Pocas jugadas de peligro. Palos, portero felino ni siquiera tocaba el balón y Vilar sólo era un espectador más. Duelo duro, táctico de ajedrez. Para Tigres la ventaja es buena, pero no suficiente, para Morelia esto puede quedar así.
Las lesiones aparecieron. Mancilla se fue por un contacto con Romero, que para nada se puede considerar penalti y Aldrete se tironeó para dar entrada a un novato. Mas el ingreso que sí revolucionó, o trató de hacerlo fue el de Joao Rojas, más lo complicado es que la pelota pocas veces le llegaba al habilidoso extremo. Lo más peligroso fue una posible mano de un defensa felino, en el área, que no se marcó.
Tres goles en Tijuana; cuatro en Pachuca, siete en Chiapas. Los seis primeros equipos se acabaron los goles en la Liguilla. Acá en Monterrey, sólo dejaron uno, uno que es suficiente, pero que va acorde con el espectáculo anterior.
Todo se definirá el domingo, a la misma hora del debate presidencial.
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