Más atrevido de lo que se esperaba, Benjamín Galindo le dio juego a su tercer portero, Julio César Valdivia; al chico le ha pesado el partido, ha vivido una mala noche que culminó con la derrota del Cruz Azul (2-0) ante el Marathón, en la primera jornada de la Concachampions.
Poco para traerse a casa por parte de los celestes. Si acaso, el deseo de componer lo que han iniciado de manera titubeante, aunque el próximo rival sea el Saprissa de Costa Rica, un equipo que en el papel luce más hecho que el que este miércoles les ha derrotado con el mínimo futbol.
Porque de lo hecho en la cancha, aún cuando alineó a algunos de sus titulares, no deja más que para olvidar la visita al Olímpico Metropolitano, en el que tuvieron oportunidades de haber escrito otra historia, pero fallaron en la última zona y así, cualquier esfuerzo pierde valor.
Carlos Mejía abrió el marcador por los locales al minuto 34. Para entonces, La Máquina había dejado escapar un par de goles prácticamente cantados. Sin más, se irían al descanso con la desventaja anímica y en el marcador.
El Cruz Azul buscó reponerse, apenas inició el complemento. Nada. Hasta el minuto 55, los mexicanos lucharon contra el mismo mal que fracturó sus deseos en la primera mitad. Fue en ese minuto, cuando la inexperiencia del meta Valdivia y el atrevimiento de Galindo al alinearlo cobró factura. Mario Beata cabeceó descompuesto en el mal servicio de Mejía, el balón techó al portero, cuya reacción fue inútil: 2-0 y se consumó el descalabro.
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