Puebla, Puebla / Mayo 14.-
José Luis Sánchez Solá se llevó las manos al rostro en cuanto el árbitro Jaime Herrera pitó el final del encuentro. De inmediato, Chelís aplaudió e ingresó a la cancha para felicitar a cada uno de los integrantes del Puebla.
La alegría no era para menos. Los camoteros dieron un gran partido y un paso importante en busca de un boleto a las semifinales del Clausura 2009, luego de pegarles 3-1 a los Rayados del Monterrey en el choque de ida de los cuartos de final.
Los locales aprovecharon los errores de los dirigidos por Víctor Manuel Vucetich, en especial un par de fallas del arquero Christian Martínez que terminaron en gol, en un partido que resultó desgastante por las condiciones del terreno de juego, que estaba resbaloso porque una fuerte lluvia azotó la capital camotera.
Los regiomontanos no sólo tendrán que remar contra la corriente por tener dos goles de diferencia en contra, también porque no podrán contar con Diego Ordaz, quien fue expulsado, además de que está en duda Humberto Suazo por una lesión en el tobillo derecho.
El choque fue de garra, con mucha pelea, y una prueba de ello es que el silbante mostró un total de 13 tarjetas amarillas, algunas de ellas injustificadas.
El cronómetro apenas había recorrido los primeros minutos y ya el cuadro de la franja se encontraba al frente 2-0. El primer tanto se dio tras un centro de Daniel Osorno en un tiro libre, el balón le pegó con la cabeza Gerardo Galindo, quien lo envió a propio marco apenas al 4’.
Mientras que en el 6’ llegó el segundo. Tiro de esquina en el que sale mal Christian Martínez, lo que aprovechó Alejandro Acosta para, con la testa, vencer el marco enemigo.
Fue entonces que los Rayados perdieron la concentración, no mantuvieron el control de la pelota ante unos camoteros que jugaron inteligentes, sin presión alguna.
Los visitantes no bajaron los brazos y al minuto 48 se acercaron. Humberto Suazo mandó un balazo en la frontera del área, parecía controlable para Jorge Villalpando, pero no hizo por la pelota y sólo la observó cómo se incrustaba en su cabaña.
Después, por algunos lapsos los camoteros se replegaron, lo que no fue aprovechado por los regiomontanos, ya que no tuvieron la capacidad para igualar la pizarra.
Al 56’ llegó el 3-1 definitivo. Se origió después de un servicio que rechazó al centro Christian Martínez, Sergio Pérez aprovechó el regalito para enviar un cañonazo que pasó por las piernas de los defensores y, de esta forma, sentenciar el partido.
Los Rayados tienen la obligación de ganar por dos goles de diferencia, ya que su posición en la tabla general les permitiría avanzar en caso de empate global.
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