Tatiana Ortiz desborda satisfacción. Y no es para menos. “Superé mis propias expectativas”, dice la clavadista mexicana, medallista de bronce en la prueba de trampolín sincronizado con Paola Espinosa y quinto lugar en la plataforma individual de 10 metros. Así se despide de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
Ya hace planes a futuro, pero antes “unas largas… muy largas vacaciones; después, a regresar a entrenar y a la escuela”.
A sus 24 años se siente realizada, y lo demuestra en cada una de sus palabras, con esa sonrisa que es prueba fehaciente de lo orgullosa que está, muy a pesar de que para muchos un quinto lugar en plataforma, la noche de este jueves, pudiera ser poco.
“Creo que ahora la gente va a reconocer que he trabajado mucho. Ahí están los resultados. Regreso a México con una medalla de oro y el orgullo de haber participado en dos finales olímpicas”.
Tatiana no quiere imaginar lo que viene. Tampoco cómo será recibida a su regreso al país. Y mucho menos le preocupa pensar en la cantidad que le otorgarán por haber ganado una medalla en los Juegos Olímpicos.
“Ahora sólo estoy para disfrutar de la experiencia de vivir estos momentos, para gozar de un evento que acapara las miradas del mundo entero y del que, por fortuna, soy parte. Me voy plena. No me faltó nada. Superé mis propias expectativas”.
Las preguntas le llegan como metralla. Se da tiempo para responderlo todo.
Reconoce la calidad de Roulin Chen, Emilie Heymans y Xin Wang. “Desde hace años han estado en el podio demostrando el nivel que tienen; ahora simplemente fue la culminación de todo”.
Y destaca, también, la capacidad de las clavadistas mexicanas. “La verdad es que no estamos tan lejos”.
¿Rivalidad con Paola? Asegura que nunca. Son amigas y cada cual tiene como meta mejorar sus propias puntuaciones en cada competencia.
Además, están unidas por una medalla. Y así quedarán registradas en la historia.
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