México, D.F. / Diciembre 10.-
El favorito Cruz Azul tiene una historia que ya quisiera compartir el Monterrey. Con ocho títulos y casi igual número de subcampeonatos, La Máquina presume una época dorada a finales de los años 60 y a lo largo de los 70. Después, de los 80 a la fecha, sólo tiene un trofeo de campeón y siete finales perdidas.
Del otro lado, La Pandilla apenas ha sido un par de veces campeón, además de tres subtítulos. Hoy jueves a las nueve de la noche, cuando los cementeros visiten a los Rayados, en la ida de la final del Apertura 2009 en el estadio Tecnológico, medirán fuerzas por primera vez en pos de la corona.
Dato curioso: de los pocos antecedentes que guardan entre sí albiazules y regios en partidos de Liguilla, —lo cual se debe a las pocas participaciones que ha tenido el Club Monterrey en dichas rondas—, los celestes jamás han podido derrotar a los norteños.
Su primera actuación data de la temporada 1975-76 —cuando los azules ejercían un dominio abrumador en el balompié mexicano—. En ese entonces, Monterrey se impuso 5-1 en la ida y 1-2 de visita en la vuelta, para un impactante 7-2 global, en la etapa de cuartos de final.
Después, en la misma etapa, pero en el Clausura 2005 —ya dentro de los torneos cortos—, Monterrey y Cruz Azul empataron 0-0 en el Tec y luego en la capital igualaron 3-3. La mejor posición en la tabla permitió que los azules avanzaran a la fase de las semifinales.
Imposible intentar una comparación respecto de logros e historial. Cruz Azul, imparable de 1968 a mediados de 1980, cosechó en ese periodo siete títulos de Liga y un subcampeonato.
Dominó las primeras Liguillas, en las que sometió a clubes como el América (1971-72), León (1972-73) y Atlético Español (1973-74), durante el famoso tricampeonato. También dispuso de los Pumas (1978-79) y de los Tigres (1979-80), tiempos aquellos en que Miguel Marín, Alberto Quintano, Eladio Vera, Javier “Kalimán” Guzmán, Cesáreo Victorino, Octavio Muciño, Héctor Pulido, Horacio López Salgado y Fernando Bustos, le dieron la identidad de Máquina a uno de los clubes más jóvenes y sorprendentes de la época.
A esa camada le siguieron piezas como Sergio Rubio, Ignacio Flores, Miguel Ángel “Confesor” Cornero, Guillermo Mendizábal, Carlos Jara Saguier, Rafael Toribio, Gerardo Lugo, Adrián Camacho, José Luis “Chaplin” Cevallos y Rodolfo Montoya.
El inesperado retiro de Marín —por un mal cardiaco— a finales de 1980, precipitó la caída de un club histórico.
Aún con la inercia de ese dominio, Cruz Azul buscó su segundo tricampeonato, en la temporada 1980-81. Ya sin Marín, Pumas se impuso en la final, bajo la tutela del Niño de Oro Hugo Sánchez.
Desde entonces a la fecha, los celestes han disputado ocho finales y sólo una de ellas lograron coronar. Las otras siete significaron quedar al margen del título.
Luego de perder con Pumas, en dicho año, Cruz Azul cayó con Chivas (1986-87), América (1988-89) y Necaxa (1994-95), en temporadas largas.
En el inicio de los torneos cortos, Cruz Azul rompió un ayuno de 17 años sin campeonar. Lo hizo en el Invierno 1997, amparado por nuevos símbolos, como Óscar “Conejo” Pérez, Lupillo Castañeda, Juan Reynoso, Héctor Adomaitis, Juan Francisco Palencia y Carlos Hermosillo.
De ahí a la fecha, Cruz Azul llegó a tres finales más y todas las perdió. En el Invierno 99 fue dominado por el Pachuca y en certámenes consecutivos, en el Clausura 2008, por el Santos, y el Apertura del mismo año contra el Toluca.
Así, bajita la mano, Cruz Azul acumula 12 años sin corona y en un lapso de casi tres décadas únicamente ostenta un trofeo de monarca.
El otro lado de la moneda es distinto. Monterrey pocas veces ha disputado el campeonato. Lo hizo en México 1986, cuando dispuso del Tampico Madero. Jugadores emblema como Francisco Javier “Abuelo” Cruz, Reinaldo Güeldini, Mario Souza “Bahía”, Missael Espinoza, entre otros, armados por el técnico Francisco Avilán, dieron forma a su tan recordada primera corona.
En 1992-93, los regios perdieron su segunda final, frente al Atlante.
La Pandilla tuvo que esperar hasta los torneos cortos para alcanzar el segundo campeonato. Fue en el Clausura 2003, con la dirección de Daniel Passarella, en una serie contra Morelia. Luis Ernesto Pérez sobrevive de aquel campeón.
En el Apertura 2004 cayó en la final con Pumas y en el Apertura 2005 ante Toluca, cargada de polémica arbitral.
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