Monterrey, N.L.-
Alan Pulido hizo el gol que sueña todo canterano de los Tigres: el que lastima a Rayados en lo más profundo de sus aspiraciones.
El delantero de los felinos regios se estiró al máximo. Su orgullo iba junto con su pierna, que alcanzó a cambiarle la dirección a la pelota para así anidarla en la cabaña enemiga (62’).
Ricardo Ferretti sonriente; Víctor Manuel Vucetich, con la preocupación de ver a su equipo complicarse la colada hacia la fase final del torneo. El estadio Tecnológico estaba en un silencio de decepción.
Pulido, mientras, gozaba junto con sus compañeros mantener a los Tigres con vida sólo matemática. Pero al archirrival de la región vaya que lo hirió. El tanto de los universitarios deja al Monterrey con 21 puntos, estancado y con raspaduras dolientes en el Apertura 2012.
Eso fue lo que más disfrutó la afición de los Tigres. Su cuadro no se jugaba gran cosa, porque sería casi un milagro para ellos llegar a la Liguilla. Tuvieron la oportunidad de dejar a los Rayados contra las cuerdas en su propia casa y no la dejaron ir.
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