Guadalajara, Jal. / Septiembre 4.-
La época de festejos por uno de los onomásticos más representativos de México ha iniciado. El turno es del Tricolor.
Tiene carácter de amistoso, pero los integrantes de la Selección Nacional están conscientes de que el de este sábado por la noche, frente a Ecuador, es algo más que un simple partido. Se trata del comienzo de las celebraciones futbolísticas por el cumpleaños 200 de nuestro país.
Están obligados a apagar las velitas y evitar ser embarrados en el pastel, por lo que no hay pretextos. El debut del Tri en el estadio Omnilife debe ser inmaculado.
Efraín Flores asume el reto como tal, así es que valora “la fortuna que tengo al tocarme vivir este momento de dirigir a un equipo tan talentoso y capaz, lo que puede hacer que sea un conjunto muy ganador. Lo que queremos es salir mañana a la cancha y llevarnos el partido. [Los jugadores] asumen el compromiso con mucho respeto y seriedad. Sin duda alguna, van a buscar imponerse”.
Lo reflejan en la única práctica realizada sobre el polémico césped artificial de la nueva casa del Guadalajara. Javier Hernández demuestra que su olfato goleador se ha desarrollado aún más en Inglaterra, Guillermo Ochoa muestra su plasticidad en los lances, Efraín Juárez se luce con los disparos de media distancia y Pablo Barrera cuelga del ángulo todos los balones. El tradicional festejo a la John Cena no podía faltar.
Todos se muestran dispuestos y el invitado a la fiesta tricolor parece ser el idóneo. México ha enfrentado a Ecuador en 17 ocasiones y sólo perdió una. Fue por la mínima diferencia, en un amistoso durante 1996. El resto del balance es de 12 victorias y cuatro empates.
Ningún recuerdo como el de la Copa del Mundo Corea-Japón 2002. Con goles de Jared Borgetti y Gerardo Torrado, quien se mantiene en el conjunto nacional, los entonces pupilos de Javier Aguirre se llevaron el triunfo (2-1).
Los estilos de ambas selecciones sufrieron pocas modificaciones, por lo que el técnico interino tricolor imagina un duelo con el local al ataque y los sudamericanos agazapados, listos para ejecutar contragolpes.
“Uno siempre espera que la etiqueta con la que uno convive como director técnico pueda transmitirla a los jugadores. Tuve la fortuna de trabajar toda la semana con el equipo y tratamos de que asimilara esta labor ofensiva y defensiva”, detalla. “Lo que buscamos es gobernar el partido, con una autoridad importante, que nos permita tener más el balón, quitarlo rápido y siempre ir en busca de la portería contraria”, señaló.
“Ellos tienen a jugadores muy veloces, se arman muy bien y salen al ataque, con futbolistas importantes. Por eso, hemos trabajado fuertemente en defensa, para sabernos ordenar ante la pérdida del balón, pero también para gobernar el partido en su cancha”, indicó.
Lo que es una obligación para quienes desean festejar y dar comienzo con los gritos que concluirán la noche del 15 de septiembre. Efraín no sólo quiere ganar… Anhela enamorar.
“No me siento interino ni tampoco quiero un lugar para la próxima [etapa]. Me siento responsable y comprometido por sacar los resultados en los partidos en los que voy a estar”, reitera. “Busco que el equipo juegue bien, que los muchachos se diviertan, que se comprometan y disfruten mucho lo que van a hacer, para que también diviertan a la gente que va a venir al estadio o que lo verá por televisión”.
Accionar que daría un motivo extra en este tiempo de celebración.