Monterrey, N.L.-
El regiomontano Juan Fernando saldó una deuda que tenía pendiente con su afición, al triunfar en una tarde de mucho compromiso y convencer de que en él todavía hay un torero que puede llevar en alto la bandera de Monterrey.
Y es que tras la maciza faena que cuajó ayer a su primer toro en la Plaza “Santiago Medina – Los Jacales”, el regio elevó sus bonos y en sí mismo la confianza.
Entendió a las mil maravillas a “Pateador” de la ganadería de Pepe Marrón, un toro con clase y emotividad que le permitió lucir su toreo de capa y muleta, sobre todo por derechazos, que emocionaron al público y provocaran el estallido de las dianas en las alturas.
Un estoconazo en buen sitio le valieron las dos orejas que significaron oro molido para el torero regio.
Su segundo, débil de remos, no tuvo un solo pase.
Joselito Adame, quien también se presentó en este coso, cumplió con creces su actuación al superar la poca colaboración de su primer enemigo, con una faena vistosa y alegre que le cuajó al quinto de la tarde en la que sobresalieron los muletazos por derechazos y los pases en redondo que le fueron fuertemente jaleados. Mató de certero estoconazo y cosechó las dos orejas.
El primer espada, Antonio Ferrera, ocasionó la gran entrada que se registró en el coso a las faldas del Cerro de la Silla y con dos faenas macizas se ganó el aplauso del público que disfrutó de su quehacer en el ruedo.
En el festejo se lidiaron ejemplares de la ganadería de José Marrón, bien presentados en conjunto, pero de juego desigual, de los que destacaron los corridos en primer y tercer sitio.
Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de los recién fallecidos, el apoderado Rafael Báez, el matador de toros regiomontano Raúl García y el novillero en retiro Ricardo Sepúlveda.