México, D.F. / Enero 5.-
Se trata de uno de los que nacen cada billón. Un súper dotado a mitad de su máximo potencial. Usain Bolt (1986, Trelawny), a sus 23 años, se encuentra como el hombre más rápido en la historia de la humanidad. Un jamaicano plusmarquista por partida triple (100m, 200m y 4x400m).
Aficionado a la música y al baile. Un irreverente ante los cánones de conducta de los velocistas. Una figura que con dos años en los primeros planos del atletismo, se ha vuelto ya en un icono del naciente siglo 21.
Para entender el potencial de un jamaicano de piel oscura con 1.96 metros y 95 kilogramos, basta decir que mientras la raza humana tardó 10 años en pasar de la barrera de los 9.90 de Carl Lewis a los 9.70 con Maurice Greene, Bolt desplazó los cronos de 9.70 a 9.60 en sólo un año.
“Lightning Bolt”, como se le apodó tras una carrera en Nueva York, se comporta diferente a otros atletas. Le gusta festejar y no se recata ante nadie.
Cuando se encontraba a unos metros de la meta en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, en un momento de desacato a los cánones de la competencia, observó a su alrededor para darse cuenta que ni el sonido le aguantaba el paso. Se frenó y se golpeó el pecho en diversas ocasiones en un gesto de supremacía. El año uno de Usain comenzaba.
Aunque de momento dejaba en el imaginario la posible marca si no se hubiera detenido a escasos metros de la menta, para el Mundial de Berlín del siguiente año lo esclarecía todo. Un nuevo registro mundial con el 9.58. Un tiempo pronosticado para dentro de varias décadas del nuevo milenio, no así para los primeros 10 años del siglo.
Los mejores recuerdos de la infancia del atleta, no hace muchos años, es cuando jugaba futbol en las calles de Jamaica. Con su hermano Sadeeki se imaginaban como los mejores futbolistas del planeta y no había otro deporte en su mente. O por lo menos ninguno relacionado al atletismo.
Bolt también se dejaba llevar por su afición al cricket. En esta disciplina encontró a sus primeros ídolos deportivos: el paquistaní Waqar Younis y el hindú Sachin Tendulkar.
Su primera incursión a las competencias de velocidad se dio en su primaria Waldensia. Pero fue su entrenador de cricket quien lo canalizó a los entrenamientos de atletismo tras percatarse del potencial de su carrera.
Pablo McNeil, entrenador jamaicano de 100 metros, le insistió en que invirtiera mayor tiempo de entrenamiento a las pruebas de velocidad. Después de vencer en unas competencias colegiales en el 2001, Usain también se convenció de su potencial en la pista. La señal del arco como festejo empezaban a volverse cotidiana.
Las cascadas de competencias internacionales llegaron. Las carreras de Bolt se expandían en la región del Caribe, competencias juveniles y en diversas pruebas que incluyeron hasta las disciplinas de los 400 metros planos. Pese a los buenos resultados, el jamaicano nunca abandonó su picardía.
Por estos logros, el entonces primer ministro de Jamaica, P. J. Patterson, le dio todas las facilidades para que se mudara a Kingston y pudiera iniciar sus entrenamientos con el equipo de atletismo del país caribeño.
Después de ganar la medalla de oro en los 200 metros, en el Mundial Juvenil de Atletismo de 2003, en Canadá, el legendario Michael Johnson vaticinó que en los siguientes cuatro o cinco años se volvería en el dominador de las pruebas de velocidad.
Se volvió profesional en 2004. Conoció a Glen Mills, un entrenador jamaicano que lo ha llevado a depurar su técnica, a la cual, pese a sus marcas mundiales, la sigue catalogando como errática y lejana de la perfección. Sobre todo en la salida y la velocidad de reacción.
Pese a su segundo lugar en el Mundial de Osaka 2007 y su primer récord absoluto en Nueva York ya en 2008 varios especialistas catalogaban a Bolt como un atleta flojo y poco comprometido a su disciplina. En los Juegos Olímpicos de Beijing Usain deseaba callar bocas.
Junto con el nadador estadounidense Michael Phelps, se convirtieron en los reyes de los Juegos. Ganó tres medallas de oro, la cual incluía la de los 4×400 metro planos, con récord olímpico y mundial. Las marcas de 100 y 200 las rompería durante los Campeonatos de Berlín 2009, con lo que refrendaba su calidad de fuera de serie.
Capaz de comer tacos al pastor con picante, bailar quebradita y ponerse sin titubeos un sombrero charro, tal como lo hiciera en una reciente visita a suelo mexicano, Bolt tiene aún mucha historia por escribir.
Como un adelanto de lo que veremos, Mills lanza la advertencia del porvenir de un rayo convertido en hombre: “No me gustan estos pronósticos, pero, en los dos próximos años alcanzará su plenitud. Cuando eso ocurra, estará probablemente en 9.40 segundos (en los 100 metros planos)”.
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EL RETO JOHNSON
El corredor Chris Johnson de los Titanes de Tennessee manifestó su deseo de competir contra Usain Bolt en una carrera de 50 metros planos, para saber realmente quién es el hombre más rápido del mundo. Sin embargo, el sexto jugador de la NFL en correr más de dos mil yardas comentó que el jamaicano le dijo que sólo quiere competir en 100 metros. El representante de Bolt, Ricky Simms, agregó que el velocista tiene un calendario muy apretado y que Bolt no está tan involucrado con la NFL.
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