San Jose, Costa Rica / Feb. 24.-
La selección de Costa Rica va a la guerra. Así mira Rodrigo Kenton, el técnico de la selección de Costa Rica, el partido que sostendrá contra México el próximo 28 de marzo en el Estadio Azteca. Y tiene en la mente sólo una cosa, llevarse de vuelta a casa los tres puntos como solía decir Pancho Villa: “matando, pero en orden”.
Ni mas ni menos, Kenton se siente como los generales Eisenhower y Montgomery, en los días previos a la invasión a Normandía en 1944.
Con el mismo empeño con que “Ike” y “Monty” estudiaron la estrategia del mariscal Rommel, de Alemania, Kenton está dedicado a evaluar, hasta en sus mínimos detalles, a su próximo rival: el sueco Sven-Göran Ericksson, director técnico de la Selección de México.
Con una sigilosa labor previa de “espionaje”, como si fuera la resistencia francesa que filtró información valiosa a las tropas aliadas para el desembarco, cuando México y Costa Rica se enfrenten en la hexagonal de la Concacaf rumbo al Mundial Sudáfrica 2010.
“Esto es una guerra. Hay que tomar las previsiones del análisis de las virtudes del rival, de las debilidades, de las situaciones internas, del espionaje que se tiene que hacer. Estamos dándole seguimiento a México con personas que me ayudan en México, que me pueden dar información, con videos que se consiguen, de la gente que nos ayuda”, reveló.
“Pero es una guerra, muy estratégica, bonita, fina. Se analiza paso a paso los elementos que tiene el rival, si tiene ametralladoras, tanquetas, aviones, helicópteros, con qué funcionan, cómo funcionan. Estamos en eso. Son cosas que estamos aquilatando, sumando, para bien de la selección de Costa Rica”, precisó, en un hábil juego de palabras.
Eriksson también espía a Costa Rica y estudia a su rival, dice.
El sueco hace “lo suyo”, con “tenientes, cabos, toda la gente que está en todos los niveles jerárquicos, recogiendo la mayor cantidad de información posible, preparándose estratégicamente para la batalla, permanente”, puntualizó Kenton, receloso con sus secretos sobre planteamientos de juego.
“Esto es una guerra y al final de la guerra es donde saldremos victoriosos”, anunció, convencido de que Costa Rica repetirá el “aztecazo” del 2001, cuando venció 1-2 a México, en la única derrota sufrida por los mexicanos en casa en un proceso eliminatorio mundialista de categoría mayor.
“Pero, las estadísticas o lo pasado no suman puntos”, advirtió.
Paso a paso, a lo Pancho Villa
Al sonreír con el recuerdo de la famosa frase que el dirigente revolucionario mexicano Pancho Villa enviaba a sus tropas como consejo–“muchachos, vamos matando pero en orden”–, Kenton insistió en que cada juego de la hexagonal es una batalla y debe avanzarse poco a poco. Tras vencer 2-0 a Honduras en esta capital, subrayó, “la segunda batalla es la que vamos a tener en México”, para luego recibir a El Salvador e ir “matando pero en orden”.
En su jerga militar, admitió que México y Costa Rica son de los más importantes “ejércitos” de la Concacaf y, optimista, recalcó que de esa batalla espera traerse los tres puntos para San José. La meta, dijo, es “todo lo que sea sumar. El que compite siempre busca el máximo resultado”.
“Hace seis meses, no estábamos en el rubro de favoritos. Siempre los favoritos han sido Estados Unidos y México y el resto es para los que queden. Ahora me estimula que algo está pasando y se está tomando más en cuenta a Costa Rica. Vamos paso a paso”, comentó.
Cauteloso, eludió analizar a México y los problemas de Ericksson, al iniciar la hexagonal con una pérdida 2-0 ante Estados Unidos. “Soy respetuoso de todos los rivales, de sus situaciones internas. Ni me gusta mencionar lo que está pasando en México, porque cualquier cosa que yo diga puede ser utilizada en mi contra o a favor mía”, aclaró.
Les viene muy bien que México tenga desmovilizado a Cuauhtémoc Blanco. “Es un jugador que tuvo un gran historial en México, ha hecho cosas importantes”, dijo Kenton.
Absoluta planificación
Reconocido por ser un estudioso del fútbol, deslizó: “Vivo de mi planificación”.
“Yo así como que hacer las cosas a lo loco, no. Mido otros factores, otros valores. En esto del futbol no es así, al son de la bulla o de las campanas. Yo creo que en la guerra, cuando se oyen los balazos, no hay que dejarse llevar, porque se puede uno volver loco. Hay que saber de donde vienen (los balazos) y a donde van”.
Sin despegarse de su ruta castrense, pero con el fútbol como su pasión y su oficio, alertó que apenas se escuchan los balazos hay que saber reaccionar, ya que puede haber un francotirador escondido y “entonces hay que tener mucho cuidado”.
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