México, D.F.-
Aquellos hombres encargados de dirigir a las Chivas del Guadalajara no son los únicos que han desfilado por la interminable pasarela.
Jorge Vergara también ha prescindido de varios directivos, quienes —en su mayoría— fungieron como presidentes deportivos.
Media docena de opciones. Desde quienes recibieron la oportunidad en el medio, como Néstor de la Torre o Pedro Sáez, hasta el exitoso Rafael Lebrija, sin olvidar a Rafael Ortega, el cirujano deportivo más prestigiado en México.
Todos se marcharon agradecidos con la oportunidad, aunque algunos consideran que el empresario debería otorgarles un mayor margen de maniobra.
“Es una etapa muy interesante. Como todos lo sabemos, es el equipo que está integrado por puros mexicanos, depende nada más de su cantera”, comparte Lebrija, quien estuvo en el club de 2009 a 2010. “El señor Jorge Vergara es un buen empresario, a quien le ha ido bien desde el punto de vista económico y tuvo la visión de comprar al Guadalajara”.
“Desgraciadamente, no ha tenido el éxito que hubiera deseado. La razón es que debe dejar trabajar a la gente que conoce de futbol. Él es un buen empresario, que se dedique a eso, y que deje a la gente de futbol manejar su equipo… Eso es fundamental”, dice.
Su teoría está fundamentada en muchos consorcios mexicanos, cuyos propietarios delegan responsabilidades en gente que goza de toda su confianza.
“Lo veo como una gran empresa en México. Tiene un director general y éste toma las decisiones”, recuerda. “Si no lo hace adecuadamente, hay que llamarle la atención o hasta darle las gracias, pero debe otorgársele la oportunidad de que trabaje; el dueño no tiene que estar lidiando directamente con eso”.
Versión que no es igual a la de Néstor de la Torre, quien asegura haber trabajado “a gusto. Hubo épocas con mucha comunicación, trato, intercambio de ideas. En general, estoy agradecido”.
Se trata del directivo más exitoso en la era Vergara. Con él en el organigrama, el Rebaño Sagrado se proclamó campeón de Liga (Apertura 2006), pero considera que lo más importante es la generación de un estilo de juego, ese que se rompió hace algunos años.
“Hubo unos cambios muy fuertes, drásticos, cuando llegaron entrenadores como Raúl Arias, con diferentes formas de ver y pensar el futbol. Ahí fue donde se empezó a romper esa línea”, sostuvo.
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