Cancún, Quintana Roo / Junio 8.-
El dominicano Willis Otáñez entró en ritmo. La caja de bateo fue su pista de baile. Se movía al compás del merengue que sonaba en el estadio y con el bat agregaba su toque personal, pegando jonrón tras jonrón.
El cuarto bate de los Pericos de Puebla le puso mucho sazón al Derby de cuadrangulares del Juego de las Estrellas 2009 de la Liga Mexicana de Beisbol, teniendo como sede Cancún, hogar desde hace tres años de los Tigres.
Otáñez se llevó el triunfo en el certamen de estacazos, no sin antes sufrir con el cañonero de los Broncos de Reynosa, el estadounidense Marshall McDougall, quien pegó cinco vuelacercas en la final de este evento. Cuando el dominicano pegó su sexto jonrón, recorrió feliz las bases, ya sin necesidad de hacerlo, y al llegar al plato una comitiva lo esperaba para festejar.
Las Estrellas de la Zona Sur y sus rivales de la Zona Norte, enfrascados en el diamante por tener la ventaja en casa para la Serie Final en agosto y con la misión de validar su calidad.
El preludio del juego fue espectacular y a la vez emotivo. La oscuridad y el silencio se posesionaron del Beto Ávila. Un largo, solemne y respetuoso minuto de silencio se guardó en la repleta casa de los Felinos por la tragedia que sucedió en Hermosillo, donde más de 40 pequeños perdieron la vida al incendiarse una guardería.
Empero, luces y sonido irrumpieron posteriormente para calentar el ambiente; el partido iniciaba al cierre de esta edición.
El ex ligamayorista Esteban Loaiza hizo su aparición en un campo en más de un año, aunque no estuvo en el centro del diamante realizando pitcheos, aprovechó para saludar a viejos amigos y en su mirada se notaba el deseo de volver a jugar. Dejó saber que ésa es su intención.
“Quiero regresar a las Grandes Ligas como abridor, pero tengo que ver cómo me recupero del hombro y tratar de salir adelante”, dijo el tijuanense, quien pretende en julio incorporarse con los Diablos Rojos del México para empezar su recuperación.
Discussion about this post