México, D.F.-
El vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, sostuvo que al próximo Papa no será elegido por cardenales “ambiciosos, intrigosos, dinereros, frívolos y depravados”, como se ha escuchado de algunos medios de comunicación, sino por hombres de Iglesia, pastores entregados a su ministerio, hombres de oración, con talentos nada comunes.
“Así qué de todo hay en la Viña del Señor, y se puede decir todo menos que la la caballada está flaca, subrayó el ministro religioso, quien resaltó que “los creyentes podemos estar tranquilos, más allá de las distintas y legítimas diferencias que puedan tener los cardenales, el Espíritu Santo una vez más se hará presente y sabrá tejer fino”, para decidir quien será el sucesor de Benedicto XVI.
A través del Sistema de Información de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, quien se encuentra en Roma en el marco del cónclave cardenalicio, insistió en que los hijos de la Iglesia piensan muy distinto a quienes critican a los cardenales.
Los hijos de la Iglesia, saben bien que esa caricatura grotescas que pintan los medios de comunicación no es verdad, lo cual tampoco quiere decir que el Colegio de Cardenales sea angelical, y si bien el pecado y la miseria humana han estado siempre presentes en la historia, es cierto que la mayoría de nuestros quienes participarán en el cónclave que iniciará el próximo martes, son hombres de bien, preparados, muchos de ellos poliglotas, personas de asombrosa y refinada cultura que los hace ser muy respetados en el mundo intelectual.
Varios de ellos, resaltó, son reconocidos por su vida de sencillez y santidad y por qué no, también algunos poseen notables cualidades científicas, políticas y diplomáticas.
Reiteró que el Papa no elegirá al Papa que exigen los medios de comunicación, ni el que quisieran los eternos enemigos de la Iglesia que sueñan con un Pontífice que la devaste con falsos aires de modernización, ni el Papa show que tantos quisieran ver en las pantallas.
“El Papa que vendrá, no nos debe quedar la menor duda, será aquel que a través de los cardenales nos elija el Espíritu Santo. Y por lo demás, que el mundo, con sus “opinadores”, gire”.
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