Guadalajara, Jal.-
Entrañable, capaz de tomar de la mano a su público y llevarlo a un viaje sonoro con momentos nostálgicos por el pasado bien vivido e instantes esperanzadores para gozar el presente y esperar lo mejor del futuro.
Así se mostró y así se dejó sentir la española Ana Torroja, quien durante la noche del miércoles 14 de noviembre cerró la etapa mexicana de su gira “Soy”, presentándose en el teatro Diana, donde logró convocar a casi dos mil personas, a punto de abarrotar el foro.
“Nuestra intención –ella y sus músicos, apenas tres- es lograr que ustedes salgan de aquí mucho más felices de lo que llegaron”, prometió la artista que abrió su noche con temas como “Soy” y “Como sueñan las sirenas”.
El recibimiento de su público, en el que los mayores de 30 y 40 años de edad fueron mayoría, no escatimó en calor a través de sus aplausos.
La intensidad comenzó a subir cuando agregó temas de la era Mecano.
A la hora de cantar estribillos como “Que si el invierno viene triste, quiero estar junto a ti”, de “La fuerza del destino” o “Y siempre estoy, rompiéndome la voz, amor, sal ya que este trovador se está asando de calor”, de “Los amantes” o “¿Quién detiene palomas volando al ras del suelo?” de “Mujer contra mujer, lo que comenzó con el aire de una cena íntima hacía sentir en un estadio, por la suma de gargantas emocionadas. Vale la pena mencionar que los nuevos arreglos, que no ponen en riesgo la esencia de las canciones de los hermanos Nacho y José María Cano, fueron bien recibidos.
Una pantalla rectangular, colocada detrás de Torroja y los tres músicos que le acompañaron, proyectó imágenes, a veces extraídas de álbumes personales de la artista y en otros momentos referentes a la ejecución de instrumentos grabados, sirvió para estimular emociones entre el público.
De su historial como solista, los temas más aplaudidos y coreados fueron “Ya no te quiero”, “veinte mariposas” y “Duele el amor”. Otras que fueron parte de la noche: “Tu habitación helada”, “Sonrisa”.
Siempre agradecida por halagos muy mexicanos como “Mamacita”, “Te queremos Ana” o “Denle tequila”, esto último cuando solicitó agua al terminar de cantar, sobre un baúl móvil, antiguos temas de Mecano, mismos que en giras pasadas fueron descartados, como sucedió con “Sentía”, “Naturaleza muerta” y “Quédate en Madrid”.
Después de tanta estimulación, el clímax llegó con más temas del antiguo trío pop. “Un año más”, “Hijo de la Luna” y “Aire”, estremecieron hasta provocar un presunto adiós coronado con la ovación de un público que supo reclamar más y más.
“Otra, otra”, gritaron los presentes. Para su buena fortuna Ana ya lo tenía resuelto con historias musicales como “Maquillaje”, “Barco a Venus” y “Me cuesta tanto olvidarte”.
Al final, en pasillos, en la puerta de salida, en el baño y en el estacionamiento, fue evidente que quienes llegaron con el estrés de la oficina, el más reciente saldo de la tarjeta de crédito o un problema casero, abandonaron el foro más contentos, como la artista que muy probablemente se fue al camerino con la satisfacción de repintar su marca en la voz y el rostro de su gente.
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