México, D.F. / Abril 15.-
Tin Tan sigue vivo. Ausencio Cruz se lo encuentra frecuentemente, justo en estas fechas en que se prepara para encarnar a “El Pachuco”. Y no tiene que ir lejos para encontrarlo. Hace una semana, Cruz comentaba con un amigo, en un café de Coyoacán, que asistiría al ensayo de Noches de cabaret. Homenaje a Tin Tan, que él mismo dirige.
Entonces, en la mesa de al lado alguien se levantó impulsado por un recuerdo. Se dirigió a Cruz: “¿Dijo Tin Tan? ¿Está haciendo algo de Tin Tan? ¡Yo conocí a Tin Tan!”
Ese hombre era oriundo de Coyoacán, lugar donde Germán Valdés tenía una casa. Y lo conoció porque Tin Tan solía pasear por las calles del barrio a bordo de su auto.
El hombre recuerda: “Andaba en su Cadillac y se detenía en las calles para subirnos a los chamacos que andabamos por ahí. Nos llevaba a dar una vuelta y era algo increíble para nosotros andar en un Cadillac del año acompañados de Tin Tan”.
Por eso Cruz asegura que Tin Tan vive: dejó su huella de amor en la gente que lo conoció. Ahora que lo caracterizará en esta obra de cabaret que se presentará en el bar del Pasaje America, no se empeña en estudiarlo o investigarlo con lupa, sino en “sentirlo”.
“He tratado en impregnarme de manera natural, tal y como él era; sin hacer un trabajo de detective”.
Esta semana se corrió un ensayo general de la obra por primera vez. Cruz todavía no se prueba los trajes de pachuco pero su actitud se parece ya mucho a la de Germán Valdés.
Ausencio entra en una cafetería del Centro Histórico. Se borra el bigote tintanesco y expone una teoría arriesgada sobre aquella memorable escena de Tin Tan dando serenata a Silvia Pinal en El rey del barrio: “Yo creo que es una escena chaplinesca; no lo puedo comprobar, pero Germán Martínez Solares (director de la cinta) era una persona culta y creo que esa escena está pensada para que Tin Tan reinventara el matiz de Chaplin”.
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