San Sebastián, España / Septiembre 19.-
No importó que amaneciera lloviendo a cántaros. Con una barba algo desaliñada y gafas de sol, Brad Pitt firmó autógrafos a los cientos de fans que esperaban impacientes ante el hotel María Cristina y, sonriente, siguió saludando después entre los gritos de jovencitas a su llegada al Kursaal, el centro del Festival de San Sebastián.
Entre risas y en complicidad con el director Quentin Tarantino, ambos presentaron “Malditos Bastardos”, que compite entre las Perlas de la sección Zabaltegi del certamen.
Pero aunque no opte a la Concha de Oro y su estreno en San Sebastián coincida con el estreno en las salas comerciales españolas, el público de la ciudad vasca agotó las entradas a los 20 minutos de que salieran a la venta. Y la expectación que se respiraba en la ciudad ante la llegada de Pitt tan sólo es comparable con la que desató, hace dos ediciones, el premio Donostia Richard Gere.
“Sí… Rodar con Tarantino es divertidísimo”, dijo Pitt durante la rueda de prensa. “Es pura energía, no para de moverse, es imposible dormirte en el rodaje”. Y el director de Pulp Fiction tampoco escatimó en halagos hacia el actor que encarna al teniente Aldo Raine, jefe de la unidad de judíos “bastardos” estadounidenses encargada de matar a tantos nazis como sea posible en esta visión de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque su interpretación quede opacada por la del austríaco Christoph Waltz, quien canceló a última hora su presencia en el festival porque debía comenzar a rodar a las órdenes de Michel Gondry, está claro que Brad Pitt sigue arriesgando en la elección de sus papeles.
“Me interesa buscar cosas diferentes”, señaló. “Lo que me motiva es trabajar con gente a la que respeto y encontrar buenos personajes. Unas veces funciona, y otras no”, explicó el actor, pareja de la también actriz Angelina Jolie.
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