Tlajomulco de Zuñiga, Jal.-
Con la arena VFG (Vicente Fernández Gómez) abarrotada, Vicente Fernández se despidió oficialmente de los escenarios en México. Visiblemente recuperado, con bigote y cejas retocados, el charro de Huentitán festejó sus 73 años de vida con dos conciertos (ayer y hoy) en el centro de espectáculos en su rancho Los Tres Potrillos.
La noche del viernes, minutos antes de iniciar la primera presentación, su esposa María del Refugio Abarca “Cuquita”, anticipaba dos noches únicas: “Estoy feliz, simplemente feliz, serán dos grandes espectáculos, ya lo verán”, anunció al público.
A los alrededor de 16 mil asistentes poco les importó que el espectáculo inició una hora después de lo programado. Eran las 22:00 horas cuando el ídolo de la canción ranchera salió al escenario con su traje de charro en café y oro. Fue recibido con ovaciones de pie.
Con “La vida es una copa de licor” arrancó una primera velada llena de la nostalgia por los más de 40 años de carrera. Terminó la pieza y confesó que no había cantado desde que salió del hospital el año pasado.
“Se siente muy bonito, no había cantado una sola canción desde que salí del hospital, y me siento como si no hubiera salido del hospital, sino de una fiesta”, reconoció y agradeció al público por las oraciones que, dijo, lo regresaron al escenario.
Previo a la primera presentación, el ídolo ranchero habló ante los medios de comunicación. Sonriente, aseguró estar sano y reiteró su compromiso de ocho fechas de despedida en el extranjero.
Ya en el escenario ante su “familia”, como llamó al público, sentenció: “Aquí estoy nuevamente para decir mi frase con la que me van a sepultar: mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”.
Cantó durante una hora y luego descendió del escenario. Entre los asientos saludó de mano a algunos asistentes y caminó hasta un entarimado en medio de la arena, donde entonó “El hijo del pueblo”. Por Tres horas y media Chente regocijó a su público con éxitos como “Por tú maldito amor”, “Me voy a quitar de en medio”, “Perdón”, “El Rey”, “Ojalá que te vaya bonito”, “Para siempre”, “Aprendiste a volar”.
Al cantar “Millones de gracias”, aprovechó para agradecer todo lo que la vida dio. Aseguró: “Siempre he dicho hay dos clases de gente: los ricos muy pobres y los pobres muy ricos. El dinero, gracias a Dios y a todos ustedes, hasta este buey ignorante ha logrado tenerlo. Pero hay una cosa que no se compra ni con todo el dinero del mundo y ustedes siempre me lo han regalado y eso es lo único que me gustaría llevarme a la tumba el día que Dios me llame: su cariño, respeto y sus aplausos”.
El cantante anunció el año pasado su retiro de los escenarios. Luego, durante una revisión médica, le detectaron “una bolita en el hígado” por lo que debió someterse a una operación. Ahora ha regresado para continuar su gira de despedida a la que ya sólo le faltan ocho fechas en estados Unidos. Pero ayer dijo que el adiós definitiva podría ser en el Estadio Azteca o en el Zócalo del DF.
Minutos antes de las 2:00 horas del sábado, concluyó el show.
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