Monterrey, N.L. / Mayo 20.-
Su sola presencia provocó un prolongado aplauso que el público le ofreció como saludo. Él, en cambio, entregó su por voz casi tres horas, esa misma voz cuya potencia ha cimbrado un sin fin de auditorios a lo largo de 50 años.
Raphael, el orgullo de España ante el mundo, se convirtió en dueño y señor de La Arena Monterrey durante el concierto del pasado martes 19 de mayo, en el que demostró que todavía canta y se mueve como un “chaval” luego de medio siglo de carrera.
Con un repertorio musical de antología, el divo de Linares dio la bienvenida a las más de 7 mil personas que se dieron cita para verlo, con un traje gris oscuro que lució con el porte de un Dorian Grey .
Cantares fue la primer melodía de una lista de 42 que Raphael interpretó con el estilo que lo caracteriza y que ha inspirado a un sin número de imitadores, a quienes el artista les dedico una mención especial.
“Este chaquetín al hombro es famoso gracias a mis imitadores, pero les tengo que decir que de ellos no he recibido ni un peso por los derecho de autor”, dijo en tono de broma cuando ya había cambiado el traje por su tradicional e infalible camisa y pantalón negros, el clásico atuendo del hombre que nació para cantar .
Con una pantalla al fondo, que sirvió para proyectar imágenes del pasado, se pudo constatar que los años no transcurren para el artista que en el 2003 fue receptor de un nuevo hígado gracias al transplante que se le realizó con éxito.
Y esa vitalidad fue recuperada con creces, pues sus movimientos, la teatralidad en sus interpretaciones y la pureza de su voz, mostraron a un Raphael “recargado” al cien por ciento.
Mi gran noche, el tema retro por excelencia, Cuando tu no estás y Digan lo que digan, entre otros, formaron parte del primer bloque de canciones que lo hicieron famoso en la Madre Patria y en el extranjero.
El público gratamente sorprendido por la incondicional entrega de su ídolo, se puso de pie en repetidas ocasiones pues se mostraron más que complacidos al escuchar temas como A mi manera, Yo sigo siendo aquel, Estuve Enamorado, Cierro mis ojos, entre las más populares.
Pero también hubo momentos muy emotivos, cuando en pantalla apareció la imagen de la desaparecida Rocío Dúrcal, lo que permitió que su paisano pudiera hacer un dueto con la melodía Como han pasado los años.
Después, con todo el sentimiento engalanó Gracias a la vida, en una versión muy personal por el significado que tiene para el cantante, pero definitivamente el clímax llegó cuando se escucharon los primeros acordes de En Carne Viva, uno de sus más grandes éxitos.
También incluyó “50 años Después”, un tema que le compuso su amigo Joaquín Sabina, y a punto de terminar su espectáculo con la teatralidad con la que suele recurrir de forma inevitable, hizo el número del espejo que impacta por su realismo.
Finalmente concluyó su actuación al filo de la medianoche con Yo soy aquel… y en efecto, él sigue siendo aquel mismo Raphael que ha traspasado fronteras con su voz.
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