México, D.F. / Junio 6.-
Y 10 años de espera quedaron atrás. Metallica está en México y la noche del jueves por fin se pudo aspirar y transpirar el olor a metal en la aguardientosa voz de James Alan Hetfield.
El poder del bajo cimbró los cuerpos de los ahí reunidos a la par de los baquetazos que obligaron al movimiento unísono de las miles de cabezas en el Foro Sol.
Modesto escenario, pero impactante pantalla gigante al centro del mismo, un audio que magnificaba las implacables ejecuciones de las guitarras y un público que no paraba de corear y demandar más trash, heavy y speed metal.
Noche fresca. Aire puro. Ciudad con hambre. Y tras una larga espera, una contingencia que casi obliga a cancelar este festín musical, así como una dura crisis económica, Metallica es más que un alivio.
Dos bandas telenoras, nada pasó, el público respetó sus tiempos, pero hasta ahí. Amenaza de lluvia, decía la gente, alguien espetó… “no pasa nada, Dios es metalero; recuerden el diluvio cuando Britney”, y cual proféticas palabras, la lluvia respetó el lugar.
Fueron poco menos de dos horas en donde el ritual se dibujó con miles de playeras negras; es verdad, ya no hay tantas melenas; hay miles de seguidores que apenas llegaban a los 20 años; no se puede negar, si bien Metallica, con James Alan Hetfield, voz y segunda guitarra; Kirk Lee Hammett, guitarra; Lars Ulrich, batería, y Robert Trujillo en el bajo, no son los primeros haciendo metal, pero son los que han hecho de esto, todo un arte. Fueron 10, quizá pasen otros más y de regresar, ya sabemos lo que puede pasar, y algo nos queda muy claro, Dios es metalero.
Discussion about this post