Frente a su equipo de asesores, entre los que incluían su abogado, intérprete y terapeuta personal, el cantante y actor Pablo Montero fue esposado y llevado a la cárcel del condado de Miami, tras aceptar que había tenido su segunda recaída en el tratamiento que lleva en contra del uso de cocaína.
Minutos antes, su terapeuta, el doctor Steven Strumwasser, quien se especializa en adicciones, había tratado de minimizar la recaída de Montero y comenzó dirigiéndo al juez esta frase: “Tengo noticias buenas y noticias malas”, entre las buenas estaba el tiempo que el intérprete de “¿Qué voy a hacer sin ti?” había estado luchando contra su adicción, y las malas que “hace siete semanas”, es decir el 25 de junio, había tenido una recaída.
Strumwasser trató de describir a Montero como un hijo abnegado y un esmerado hombre de familia, que a pesar de un consumo “mínimo” en su última recaída: “ha sido excelente en otras áreas, ayuda a su madre, a su padre, a su familia”. El juez Jeffrey Rosinek respondió: “Es bueno que cuide a su familia, pero más importante es que se cuide él… Y no lo ha hecho”.
Por su parte, Howard Sebrinick, el abogado defensor, también argumentó que sólo dos recaídas (la de marzo y la de junio) para una adicción que el actor ha mantenido por 10 años, era mínimo. Pero su defensa tampoco encontró mucho eco ni en el juez ni en la fiscalía, quien contestó que si el consumo había sido mínimo o no, eso no era relevante, que el asunto es que se había violado la ley y que ésta indicaba que ese delito se paga con la cárcel. Enseguida, recomendaron dos semanas de prisión para el agresor.
El momento más tenso de la audiencia se vivió cuando el juez preguntó a Montero cuándo quería comenzar su sentencia, si a partir de ese mismo momento o al día siguiente.
El cantante lució visiblemente sorprendido, acongojado y hasta pálido, pues al parecer no esperaba esa noticia. Así es que pidió una segunda oportunidad y le dijo al juez que está entregado “100% a esto (el tratamiento)”. Sin embargo, el juez escuchó la recomendación de la Fiscalía y, ante la sorpresa de todos, Montero fue esposado.
Su defensa anticipó que presentará una apelación el miércoles a las 10 AM. Pero mientras tanto, Montero pasará por lo menos la noche del lunes y del martes en la cárcel de Miami.
Después, quedará en manos del juez Rosinek decidir si el detenido pasa, como la Fiscalía pide, las dos semanas completas en prisión.
Cabe mencionar que Pablo Montero se encuentra detenido en el Centro de Detención Previo al Juicio (Pre Trial Detention Center) del centro de la ciudad de Miami. Se trata de un inmueble que procesa y alberga a los reclusos (desde los que violaron leyes de tráfico hasta de penas capitales) antes de su veredicto final. En el edificio existen un total de mil 712 camas.
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