Monterrey, N.L. / Marzo 23.-
¿Hay vida después del silencio?… La respuesta para el cantante español Enrique Bunbury -pese a los dolores del alma y los sinsabores-, es si, aunque se viva día a día en una villa de lujo en el infierno.
Como testigos de la resurrección del ex vocalista de los Héroes del Silencio, más de nueve mil personas asistieron al concierto que el pasado 20 de marzo ofreció en la Arena Monterrey, un espacio que parecía lucir pequeño ante el fervor causado por el intérprete y su banda.
En el marco de su gira Hellville de Luxe, Bunbury se reencontró con sus fanáticos tras dos años de no pisar suelo regiomontano, la últma vez fue en septiembre del 2007 en la gira de reencuentro de los “héroes”. Pero como si no se hubiera ido…
El recital inició con dos de las canciones más celebres de su etapa de solista: “El Club de los Imposibles” y “La Señorita Hermafrodita”, coreadas por todos los asistentes quienes prácticamente le arrancaban las estrofas.
Vestido en su clásico pantalón de cuero negro y camisa del mismo color, Bunbury dio muestras de que su nueva banda compacta y pulida, le permite seguir siendo un aragonés errante, con mínimos atisbos de lo que fue su anterior agrupación que lo encumbró al estatus de leyenda del rock en español.
“Soy el hombre delgado que no flaquea jamás”, tema inspirado en una de los versos del poeta español Pedro Casariego, reafirmó las bases de lo que sería la velada: intenso rocanrol, adrenalina al máximo y una audiencia entregada en su totalidad.
“¡Buenas noches, cab…!”, dijo el aragonés al tomar el escenario, ante el grito de la multitud. “Venimos con muchas ganas de rock and roll. No venimos a hacer bromitas”, le gritó a los concurrentes, felices de ser parte activa del concierto.
En un rápido –y para muchos corto, muy corto- repaso por más de 12 años de carrera en solitario, Enrique Bunbury dio muestras de vitalidad y dominio del escenario, además de una potente voz que le ha madurado con los años, y los tequilas reposados que en cada concierto disfruta.
Ahí estuvieron ayer himnos como “El Extranjero”, “Infinito”, “Que Tengas Suertecita” y la infaltable “Apuesta por el Rock and Roll”, único tema de su época con Los Héroes del Silencio.
Los dos temas más sonados de su última producción Hellville de Luxe, “El Hombre Delgado Que No Flaqueará Jamás” y “Bujías para el Dolor”, ambas con intensa rotación en los sites de videos de Internet y en los programas de televisión por cable y que fueron la delicia de sus seguidores, por la alta calidad interpretativa y la sincronía de los músicos y el cantante.
Nada sobre el escenario distrae al espectador, solo la música del quinteto y claro la voz y los movimientos corporales de Bunbury son necesarios para armar un concierto a plenitud, quizás como meros complementos las dos pantallas de televisión gigantes, el juego de luces robóticas programadas para ambientar cada tema, ayudaron a crear una atmosfera intimista.
El público estaba compuesto por dos generaciones de asistentes: cuarentañeros que vieron la gloria y el ocaso de Los Héroes y quienes, a la escasa edad de los 12 o 15 años o un poco más se encuentra con su música y su legado, traducido en las andanzas de “Bunbury and Company”, cual circo ambulante.
Después de 19 canciones interpretadas casi sin espacio entre si, enrique Bunbury intentó decir adiós pero sus admiradores no lo dejaron: primero se despidió con la interpretación de “Lady Blue”, seguido de “El Viento a Favor”, con la cual siempre cerraba sus prestaciones.
Sin embargo, para muchos, lo mejor estaba por venir en segundo encore: “Canto (el mismo dolor)” y “…Y Al Final” apenas fueron un clímax temporal para dar paso al derrumbe de todas las emociones: “El Tiempo de las Cerezas”, un tema casi nunca interpretado en vivo que dejó a todos satisfechos y felices de su visita a una villa de lujo en el infierno.
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