Monterrey, N.L. / Julio 30
La biografía de un hombre que decidió ser travesti y comportarse como mujer ante la intolerancia social de su tiempo y espacio, es la columna vertebral del monólogo “Yo soy mi propia esposa”, interpretado con éxito por el primer actor Héctor Bonilla.
Así lo constató el público que asistió a la primer función en el Teatro Monterrey del Seguro Social, mismo que ocupó ayer casi la totalidad de las butacas, aunque algunos espectadores llegaron poco antes de que concluyera el primer acto.
El profesionalismo de Bonilla es indiscutible, porque además de dar vida a Lothar Berfelde, el joven que enfrenta su homosexualidad y se convierte en Charlotte Von Mahlsdorf, -quien inspiró a Doug Wright el autor de esta obra- encarna a otros 35 personajes que tuvieron que ver con el protagonista a lo largo de su vida.
Bajo la dirección de Lorena Maza, Bonilla pasa con extrema facilidad de una madre a un soldado; de un conductor de televisión a hasta el propio Wright.
Fue el autor quien durante 1992 y enero de 1994 sostuvo una serie de entrevistas con Charlotte, de las cuales surgió esta obra que obtuvo un premio Pulitzer y un Tony en el 2004.
Es notable también el manejo vocal del actor, pues además de trabajar con acento alemán, modula los diferentes tonos de voces que corresponden a esta treintena de personajes, portando sólo un simple vestido negro con un collar de perlas que destaca de esa apariencia sombría.
Con el testimonio de Lothar-Charlotte, Wright muestra importantes momentos históricos de Berlín, y como el travesti sobrevivió al nazismo y al comunismo pues tenía 15 años cuando terminó la segunda guerra mundial y luego fue testigo la construcción del muro y su caída.
La escenografía de Sergio Villegas cumple con la intención de mostrar el entorno de Charlotte, quien era propietaria de un museo de antigüedades, cuya principal atracción era ella misma.
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