Ciudad de México-
Camila Cabello terminó la primera edición del festival Hera haciendo suyo el escenario, primero porque colocó una rampa para patinaje en medio de la tarima, y después porque bailó y fue seductora con sus gestos y sus movimientos.
Su pop puso a cantar al público y su reggaeton provocó el perreo entre los asistentes que estaban enfiestados por alcohol y tanta música ya a altas horas de la noche de este sábado.
Camila apuntó: “Somos poderosas, somos grandes y al hombre que se le olvide se lo recordamos cuando quiera”, y con su larga cabellera, ahora con tinte claro, bailó siendo rodeada por ciclistas extremos que hacían acrobacias mientras ella cantaba sus temas más conocidos.
“Señorita”, y “Bam Bam”, así como “Shameles”, fueron los temas más coreados por el público, que acompañaron con las palmas cuando así lo pidió Camila, y también yendo hasta abajo, cuando la de origen cubano descendió moviendo las caderas.
Cuando ya la media luna se asomaba, la oscuridad hizo juego en el otro escenario, donde la banda Evanescence hizo aparición entre la oscuridad del escenario, y con toda su indumentaria color negro, botas altas, y largas cabelleras.
Amy Lee, portando una camiseta del disco “Dark side of The moon”, de la banda de rock progresivo y psicodélico Pink Floyd, pero interpretando metal con su voz dulce pero agresiva que iba a tono con el doble bombo agresivo de Will Hunt en la batería.
En el público por primera vez en todo el festival se sacudieron las cabezas al ritmo de rock, se soltaron las cabelleras, volaron las cervezas, se terminaron los convencionalismos y empezaron los empujones.
Mientras que Amy no paraba de caminar de un lado a otro, por momentos dando pisotones fuertes con sus botas, tan largas que sus agujetas le llegaban hasta las rodillas.
“Bring me to life”, “Going under”, “My inmortal”, o “Everybody Is full”, fueron las canciones con las que el público incluso llegó a las lágrimas de la emoción.
Así entre todo tipo de géneros, ritmos, colaboraciones, mensajes de empoderamiento, de sororidad, de inclusión a las madres, una demostración de unión arriba y debajo del escenario terminó la primera edición del festival Hera con la asistencia de más de 48 mil espectadores.
A la salida de la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez no lució alto un cartel que es clásico en otros festivales musicales que se realizan año con año que tiene la leyenda “Nos vemos en 2025”, pero la entrega del público y la variedad de propuestas hacen creer que puede ser así, por el entusiasmo con que el público estuvo dentro, y la sonrisa con la que se retiró al terminar la noche.