Cd. de México.-
Con 70 años de trayectoria, este domingo, don Ignacio López Tarso cumplió 98 años, rodeado ya no sólo de su familia y seres queridos, sino de la prensa, a la cual le abrió las puertas de su casa para que lo acompañara en su fiesta de cumpleaños, en la que no podía faltar la partida del pastel y, como uno de sus deseos, el actor expresó que anhela seguir dedicándose a una de las cosas que más ama; el teatro.
La vida del primer actor es, sin duda, una demostración de lo multifacética que puede llegar a ser una persona, pues antes de dedicarse de lleno a la actuación, López Tarso estuvo abocado a la iglesia, sin embargo, tuvo que alejarse de su preparación clerical, por problemas económicos en su familia, por lo que se concentró en sus estudios para, más adelante, ayudar a la situación en casa.
Sin embargo, tiempo más tarde, en 1949, ingreso a la Academia de Arte Dramático… ¿el resto? es historia, ya que Ignacio López Tarso representa a una de las generaciones más prosperas de actores y del cine en México, prueba de ello, es uno de los grandes personajes a los que dio vida; nos referimos a Macario, un campesino que llega a un pacto con las fuerzas del infierno con un único fin, poder disfrutar de una cena generosa que su economía le impedía degustar.
Por este personaje y muchos más, el primer actor es una de las figuras de la televisión favoritas del público, por lo que su fecha de cumpleaños no podía pasar desapercibida, pues hasta los medios de comunicación fueron a dar a la celebración, dándose cita fuera de la casa de don Ignacio, en la que estuvo en compañía de su hijo Juan Ignacio Aranda, quien estuvo a su lado mientras partía un pastel de chocolate con un par de velitas.
Como es costumbre, el actor pidió un deseo al apagar las velitas, revelando que lo que había pedido era llegar a los 100 años, pues era la mínima edad que quería alcanzar: “Faltan dos para cumplir el mínimo que quiero”, expresó a la prensa, con la que estuvo bromeando, pues dijo que cuando llegue a esa edad, no habrá velitas, sino 100 cirios pascuales.
Además, el actor aseguró que a sus 98 años se siente fuerte y lleno de salud. “Me siento sano, me siento fuerte, me siento a gusto, y yo no sé mañana, ni pasado que pueda suceder”, compartió, pero de lo que sí tiene certeza es que el teatro está esperándolo, pues tiene proyectos en puerta:
“Ya tengo una obra montada que dejé trunca; el teatro es alimento, es necesidad”, confió.
En esa fecha, el actor no perdió la oportunidad de recordar a su esposa Clara Aranda, quien falleció hace 23 años, debido a un enfisema pulmonar, de la cual se dijo responsable, pues indicó que fue él quien le enseñó a fumar.
También habló de la relación que tiene actualmente con doña Gabriela, su pareja, con quien se encuentra en una situación muy estable, pues reveló que cada uno vive en su propia casa y que se encuentran cuando tienen deseos de verse una al otro, llevando así un vínculo de amor muy tranquilo y pacífico.