Monterrey, N.L.-
Tienen excelentes voces y una presencia escénica arrebatadora, además de que se nota que les encanta su trabajo, sin embargo, estos elementos no son suficientes para que Gianluca Ginoble Castorani, Piero Barone Ognibene e Ignazio Boschetto Licardi, que integran Il Volo puedan sostener dos horas de concierto.
Y así quedó demostrado la noche del martes cuando el trío italiano se presentó ante 4 mil personas en el Auditorio Banamex, la gran mayoría de los asistentes, jovencitas histéricas que lanzaban alaridos a la menor provocación de los artistas, dándole prioridad al físico, que al talento de los intérpretes.
Il Volo regresó a México con su nuevo espectáculo “Más que amor”, y aunque efectivamente “aman” el canto, su espectáculo carece de una buena producción, no tiene un concepto establecido y son únicamente ellos y cinco músicos en el escenario.
Cierto, cuando se tienen voces privilegiadas como la de los tres chicos, se permiten ciertas licencias, siempre y cuando estén bien canalizadas.
Al show le faltó, además, una buena dirección ya que a lo largo de la velada, por momentos daba la impresión de que los cantantes simplemente no sabían que hacer sobre el escenario y deambulaban de un lado a otro sin motivo alguno.
En otras ocasiones, Piero, Ignazio y Gianluca, simplemente se comportaban como los adolescentes que son, incluso casi al final del show, se pusieron a patear un balón de fútbol.
Pero los descalabros de producción fueron compensados por las espléndidas voces de los chicos, especialmente la de Piero quien tiene la responsabilidad de los momentos cumbres de las mejores canciones.
El repertorio de Il Volo estuvo integrado por 23 temas que iban desde lo popular: “Nuestro amor”, la primera de la noche, hasta “Beautiful day” y “Luna escondida”, a los temás clásicos de la música latina como “El reloj”, “El triste” y “María”.
Eso sin olvidar grandes temas de zarzuela como “Granada” y “En Aranjuez con tu amor”.
Es de destacarse el dominio de los artistas del español, inglés, francés y, desde luego, del italiano, su idioma natal.
Después de más de dos horas de concierto, que incluyó un intermedio de 17 minutos, Il Volo se despidió de los regiomontanos agradeciendo el cálido recibimiento y deleitando con una festiva versión de “O Sole mío”.
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