Cd. de México.-
La muerte no elige y se lleva a uno tras otro, no importa si se trata de la misma familia. Al mundo entero sorprendió el reciente fallecimiento de la actriz Carrie Fisher, una princesa que quedará en el corazón de muchos fans de su trabajo.
A raíz del ataque al corazón que sufrió en un avión no resistió al igual que su madre, Debbie Reynolds, quien en los preparativos del funeral de su hija, solamente un día después, fue derrotada por un derrame cerebral.
No se trata de una historia de ficción, es la vida real y ellas no han sido el único caso en donde pasa poco tiempo para una nueva desgracia familiar.
La actriz húngara Zsa Zsa Gabor dejó este mundo a los 99 años hace pocos días, la tristeza era ya demasiada y se les juntó una tragedia más, ya que su hijo adoptivo de 45 años, Oliver von Anhalt, perdió la batalla tras un coma derivado de un accidente en motocicleta. La diva lo abandonó el 18 de diciembre de este año, él una semana después.
Bien dicen que los lazos entre los parientes son irrompibles, así lo demostraron Anna Nicole Smith y su hijo Daniel. En septiembre del 2006 él perdió el conocimiento en un cuarto de hospital en Bahamas, dónde visitaba a su madre que acababa de dar a luz. Después de la autopsia se dijo que ingirió una alta dosis de metadona combinada con antidepresivos.
En febrero del siguiente año, Anna fue hallada en una habitación de hotel y la versión oficial de la causa es que se ahogó en su propio vomito tras la ingesta de la misma sustancia que dio muerte a su hijo de 20 años meses antes.
Estos casos no sólo atañen al ámbito de la sangre, pues también las familias conformadas por marido y mujer se han ido casi juntas. Así pasó con la actriz Brittany Murphy y Simon Monjack; mientras que la primera falleció en el 2009, seis meses después lo hizo con quien compartió cerca de tres años de relación.
La causa que se declaró para la muerte de Murphy fue neumonía, anemia, además de una intoxicación por drogas, que después se le adjudicarían a su compañero por lo que incluso la policía abrió una investigación para saber si en la casa habían hongos tóxicos, lo que la familia negó.
En el 2015 Lorena Rojas dejó de respirar en Miami después de luchar contra un cáncer hepático que se le extendió por diversos órganos del cuerpo. El sufrimiento no fue sólo para su familia consanguínea, sino también para su pareja, Jorge Monje, con quien había adoptado a una pequeña que quedó en manos de su hermana Mayra.
El cuerpo del empresario Jorge Monge fue encontrado en su apartamento en Miami; se desconocen las causas de su muerte.
El empresario español sufrió de una gran depresión por perderlas a ambas, por lo que cuando fue hallado sin vida se despertaron las versiones sobre su suicidio, pues su propia publicista confesó que le había contado sus deseos al respecto. Su pérdida se dio a menos de un año de cumplirse el aniversario de la de Lorena, pero su familia prefirió recordarlo de manera amorosa y mantener su privacidad.