México, D.F.-
Al fondo, un jinete no se ha dado cuenta de la presencia “terrorífica” de la modelo Sonia Yepez. La locación no tiene contratiempos, hasta que llega al “árbol de los colgados”.
Enclavado en el paraje puente urrutia, de todos los árboles sobresale uno por su tétrica textura oscura. Parece haber sido quemado, pero la realidad es que así lo hizo la naturaleza… o las almas en pena.
Cuentan que durante las batallas entre zapatistas y carrancistas, estos últimos eran ahorcados en uno de los “brazos” de este tronco, por eso es que la pena lo transformó en un árbol sombrío.
Esta historia por supuesto que hizo temblar a Sonia, quien dice, retomar los mitos y leyendas mexicanas pone “chinita” la piel, pues hasta el viento se siente terrorífico.
En contraparte, lo que más le gusta a Yepez es el colorido de la naturaleza en la zona de Xochimilco, que es inigualable.
Toma valor
Para Sonia caracterizar a la muerte tuvo una fuerte carga emocional. Como indica, la muerte es el paso final, por lo que sintió miedo, aunque, al ver la representación como parte de la cultura mexicana, da un giro.
Dentro de las leyendas que a ella más le espantan, confiesa, ha sido la mítica Llorona. De la ofrenda que ella deja a sus seres que han partido, menciona, no falta la comida y una buena botella de tequila para que se vayan contentos. Al preguntarle sobre sus gustos en los dulces de la temporada, ella señala que le agradan las calaveritas de azúcar.