Reynosa, Tamps. / Julio 18.-
Residentes de ejidos de Matamoros y Reynosa dejaron de lamentarse y empezaron a sacarle provecho a las zonas inundadas por las aguas del río Bravo, unos instalaron campamentos para pesca, otros hacen su día de campo, nadan sobre carreteras y hasta un autolavado móvil han instalado.
En Matamoros, la creciente del río Bravo que sigue recibiendo descargas de mil 700 metros cúbicos por segundo de la presa Falcón, el agua cubrió la carretera Sendero Nacional superando los 75 centímetros hasta bloquearla al paso de vehículos.
Pese al peligro que esto representa, a la altura del kilómetro 23 de la carretera Matamoros-Valle Hermoso, los moradores aprovecharon para pescar, mientras los menores de edad utilizan la rúa para nadar y chapotear.
También la carretera Ribereña de Reynosa, en el libramiento Echeverría, que conduce al Puente Internacional Reynosa-Hidalgo, fue convertida este sábado en un centro acuático recreativo, en donde los pobladores sacaron redes y anzuelos para pescar anguilas y algunas especies de pescados que allí mismo cocinan y comercializan entre sus vecinos.
Algunas de las familias que habitan sobre la carretera Sendero Nacional de Matamoros, instalaron su propio autolavado móvil.
Antonio Camacho, jefe de Operación del Distrito de Riego 25 con base en Matamoros, dijo que el agua proveniente del vaso El Culebrón lleva 500 metros cúbicos por segundo e inunda la carretera Sendero Nacional.
Cultivos sepultados
El tirante de agua, que anega además la carretera que conduce a Ciudad Victoria, a la altura del ejido Las Blancas, antes de desembocar en la Laguna Madre, sepulta parcelas con cultivos de sorgo y maíz, así como varios campamentos de pescadores.
Autoridades de tránsito mantienen el operativo de bloqueo de la carretera para desviar el tráfico vehicular y utilizar las vías alternas para poder trasladarse a Valle Hermoso.
La policía preventiva y elementos de Protección Civil realizan constantes recorridos para evitar actos de rapiña o para monitorear el avance de la inundación en estos lugares.
Algunos agricultores lamentaron haber perdido sus siembras de sorgo y maíz, y trabajadores agrícolas que vinieron desde Irapuato, Guanajuato, con las trilladoras, dijeron que realizaron su viaje en vano, porque nadie los contrata. “Las siembras están totalmente devastadas, y los granos se echaron a perder”.
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