Oaxaca / Mayo 1.-
Gerardo Adrián Juárez Avendaño, profesional de biomedicina, sostiene ser de los primeros en realizar estudios de diagnóstico por la presencia del
virus que provocó la alerta epidemiológica: el de la influenza humana.
Con poco más de 40 años de edad y más de 20 de experiencia como laboratorista molecular, el originario de Valles Centrales narró con detalle y paciencia, las primeras 72 horas ante la detección de este virus.
Recordó que fue el viernes 10 de abril cuando Yuri Roldán, infectólogo de los Servicios de Salud de Oaxaca, le llamó vía telefónica para solicitarle ayuda de su laboratorio, como en otras ocasiones.
Esto, para realizar el estudio de laboratorio de una mujer de 39 años de edad que presentaba un cuadro de neumonía que se agravaba vertiginosamente.
Aunque ese día no le fue posible ir por la muestra a analizar, el sábado siguiente, cerca de las 15:00 horas, personal del Hospital Civil le hizo entrega de la misma.
Por ello, inmediatamente se dio a la tarea de iniciar el análisis en su pequeño pero bien equipado laboratorio llamado “Juárez”, ubicado en inmediaciones del Mercado de Abasto de esta capital.
Debido a que en la primera búsqueda, no se encontraron rastros del agente que causaba la sintomatología que presentaba la paciente –neumonía según el diagnóstico clínico-, Juárez Avandaño recomendó la búsqueda de un virus, sin sospechar lo que estaba por ocurrir.
“Le hablé al doctor Yuri para explicarle lo que estaba pasando y para solicitarle la autorización para realizar otro estudio en busca de un virus, ya que existen otras enfermedades como la faringoamigdalitis, que son ocasionadas por un virus y que es
necesario buscarlas.
“Así que creyó en mí y me la dio, por lo que se dejó corriendo todo la noche del sábado para el domingo”, recordó.
Y agregó: “Llegué cerca de las 10:30 al laboratorio para ver el producto del amplificado, pero todo el camino venía pensando y esperando en que el diagnóstico fuera negativo”.
Luego de analizar los resultados, dijo, “me tomé unos minutos para reflexionar y empezar a escribir el reporte. Fue entonces que ya frente a la computadora le envié un mensaje de texto al doctor Yuri para comunicarle lo que había encontrado: un coronavirus. A los tres minutos me regresó la llamada”.
“Cuando me preguntó el grado de seguridad le dije que a todos –a los especialistas que trabajan conmigo en el laboratorio y yo- nos preocupaba su comportamiento, yo conocía algo de este virus y sabía
que había sido el responsable de la epidemia de SARS en Asia en 2003, por lo que me preocupé”, explicó.
La mañana del 13 de abril, mientras Adela María Gutiérrez, madre de familia y encuestadora del Servicio de Administración Tributaria, vivía sus últimos momentos víctima de este virus aún desconocido, el especialista en hematología se presentaba ante el secretario de Salud estatal, Martín Vázquez, a fin de reportar el hallazgo.
“Me preguntaron si estaba seguro, y luego de eso me comunicaron con una persona de la Secretaría de Salud federal, aunque no supe su nombre, pero alguien muy inteligente y con muchos conocimientos en biología molecular que me hizo una serie de preguntas sobre el procedimiento aplicado y lo que había encontrado”, refirió.
“Yo les pedía que nos hicieran caso, que creyeran en nosotros aún cuando después nos regañaran, y afortunadamente hicieron lo correcto”, subrayó.
Finalmente, las muestras se mandaron al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y a Canadá, de donde surgió el diagnóstico concluyente.
De gesto amable y a veces tímido ante el acoso de los medios de comunicación que le preguntan sus primeras impresiones sobre este hallazgo, el laboratorista aseveró sentirse incómodo con la atención de los periodistas puesta sobre él.
“Me siento más cómodo allá abajo en mi laboratorio”, dijo mientras señalaba la puerta que llevaba al área de análisis.
Luego de más de 40 minutos de preguntas y respuestas, el laboratorista sonrió satisfecho por el deber cumplido y agradeció la atención de los medios de comunicación antes de retirarse.
Lo anterior, no sin antes advertir apaciblemente, que esta sería la primera y última vez que hablaría sobre el tema ya que “de haber sabido que pasaría esto, hubiera preferido que dijeran que había sido otra persona la que hizo el análisis”.
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