El Paso, Texas / Abril 29.-
El ciudadano estadounidense Roberto Márquez volvía a su país la noche del lunes por el puente internacional Córdova-Américas, cuando el agente de aduanas lo sometió a un inusual interrogatorio sobre su estado de salud. Márquez, de 50 años, tenía irritación en ojos y cansancio extremo, lo que motivó la suspicacia del oficial.
“Me envió a una segunda revisión, en donde me pidieron bajar de la camioneta para medirme la temperatura con un termómetro digital; fue algo muy desconcertante, que me asustó, porque yo sabía que en Juárez se habían presentado los primeros casos de influenza porcina”, refirió la mañana siguiente –después de que le permitieron el paso finalmente.
Fue uno de los primeros casos de revisión por sospecha que se ejercieron en los cruces internacionales, a partir de que el gobierno de Chihuahua ordenó el cierre de escuelas, bares y actos masivos para evitar la propagación del virus, que parece haber evolucionado en al menos 28 personas durante el fin de semana, de acuerdo con reportes oficiales.
Las autoridades sanitarias estadounidenses mantienen la calma. No han ordenado la suspensión de clases ni existen recomendaciones especiales para tratar a los alumnos residentes en Ciudad Juárez. Pero en cualquiera de los cruces internacionales, casos sospechosos como el de Roberto Márquez serán sometidos a escrutinio, de acuerdo con una disposición oficial emitida el lunes por autoridades de aduanas de Estados Unidos. Quienes arriben a un punto de revisión fronterizo con síntomas de resfriado común serán puestos a disposición del Centro de Prevención para el Control de Enfermedades, dijo Rick López, vocero de la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP son sus siglas en inglés).
El Departamento de Salud del Estado de Texas en El Paso informó el lunes a los medios locales que analiza pruebas efectuadas a mil personas atendidas por resfriado de octubre a la fecha, procedentes de Sunland Park (Nuevo México), El Paso y Ciudad Juárez. El conjunto fronterizo que forman estas tres ciudades tiene una población cercana a los 2.5 millones de habitantes, 60% de los cuales reside en el lado mexicano. La zona se intercomunica por seis cruces internacionales, y sólo por el Córdova-Américas diariamente cruzan alrededor de 45 mil vehículos particulares, según el CBP.
La muestra bajo análisis del Departamento de Salud texano permitirá identificar con precisión casos de influenza porcina y desarrollar una estrategia preventiva eficaz, declaró a la prensa Luis Escobedo, director en El Paso de esa dependencia. “Estamos implementando nuestro nivel de vigilancia, por si aparece la enfermedad estar listos para reaccionar”.
Pánico en la frontera
Los residentes de Ciudad Juárez se mantuvieron un tanto ajenos a la epidemia de Influenza porcina decretada desde el jueves por autoridades de salud en los estados del centro del país. El lunes, sin embargo, tras una sesión del Consejo de Salud estatal en la que se decidió la suspensión de clases, y el cierre de bares, discotecas y actos masivos, afloraron las primeras manifestaciones de pánico, no sólo en la parte mexicana, sino al otro lado de la frontera. En la mayoría de farmacias y centros comerciales de ambas ciudades se agotaron las reservas de gel antibacterial y cubrebocas.
El cierre de bares entró en vigor al comienzo de la noche del lunes, cuando incluso algunos parroquianos se hallaban dentro. Tras ello, comenzó a verse mayor cantidad de personas con boca y nariz cubiertos, y en terminales de autobuses y centros comerciales los empleados llevaban además guantes de látex.
En los puentes internacionales, la orden de efectuar una revisión meticulosa provocó demoras de hasta dos horas para quien quiso cruzar a pie o en automóvil. Muchos de los mexicanos hicieron línea sólo para acudir a tiendas o farmacias en busca de gel para manos o mascarillas, según refirieron. “Las autoridades dijeron que es más importante mantener las manos desinfectadas, así que a eso vamos a El Paso, a buscar gel, porque aquí nomás no encuentras”, explicó Cinthia Martínez, una maestra de primaria en Ciudad Juárez que cruzó a pie por el puente Paso del Norte, que une a las dos ciudades por sus centros históricos.
Agentes fronterizos, intimidados
La oficina en El Paso del CBP informó que debido a la intensidad del flujo por los cruces internacionales emitió un protocolo a sus agentes para que sepan conducirse al momento de identificar a personas con síntomas de resfriado. El vocero Rick López dijo también que los oficiales han sido provistos con guantes y mascarillas para disminuir las probabilidades de contagio.
Aún así, el temor anida en parte de los agentes. “Yo en verdad estoy algo asustada, porque al final estamos muy expuestos si alguna persona infectada llega a entrar en contacto con nosotros. Pero al final éste es nuestro trabajo”, dijo una agente en servicio la noche del lunes, en el mismo puente donde Roberto Márquez fue sometido a revisión médica.
El CBP anunció que en los próximos días los agentes en los cruces internacionales comenzarán la repartición de folletos para entregarse a quienes crucen la frontera. En ellos se explican la sintomatología de la fiebre porcina y se ofrecen recomendaciones sobre cómo prevenir el virus. Son las medidas que se han adoptado contra la amenaza, y parece que serán las únicas, después de que el cierre de la frontera fue descartado por la Secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano.
“Cerrar la frontera es algo que uno haría si hubiera una esperanza realista de contención (de la epidemia)”, declaró el lunes en una conferencia de prensa.
Discussion about this post