México, D.F. / Mayo 23.-
A un mes de que México encendió la alerta epidemiológica mundial ante la presencia del nuevo virus, nuestro país se ubica en el primer lugar de las muertes por el influenza humana A H1N1, con 80 mexicanos, es decir, 93% de muertes en 42 países del mundo.
Ello, pese a que apenas se conocen los resultados de poco más de una tercera parte de los análisis a las personas afectadas con enfermedades respiratorias o “sospechosas” por los síntomas que presentaron.
El virus que llegó para quedarse generó en principio terror en la población, pánico de compras y vacío en calles, restaurantes o centros comerciales por lo menos por cinco días, ante el decreto de suspensión total de actividades económicas, administrativas y escolares, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) la calificó como “pandemia potencial”.
Pero el virus que amenaza con regresar en el invierno, si se descuidan las acciones preventivas, ha modificado la higiene nacional, dejó al descubierto precariedades de infraestructura del sistema de salud, malas prácticas en la atención médica, altos niveles de automedicación, falta de insumos en clínicas y hospitales, abandono de centros de investigación y una crisis económica que se acentuó.
En un primer balance de los saldos de este virus que sigue mutando para intensificar su nivel de contagio está una estimación de más de 45 mil desempleados y pérdidas económicas de hasta 100 mil millones de pesos (cuatro veces el presupuesto de la UNAM), en particular en el sector turismo por la cancelación de vuelos y reservaciones de hoteles, así como del arribo de cruceros, estiman la Secretaría de Hacienda y empresarios
El comercio internacional también se afectó por la exportación de carne de puerco, debido a que en principio se señaló que se trataba de una “influenza porcina”. También originó una ola de discriminación que aún persiste hacia nuestro país, pese a la intervención y aclaración de la OMS.
Relaciones diplomáticas lastimadas por la cancelación de vuelos hacia México, pero que se convirtieron en ríspidas con China por la discriminación ante el asilamiento de mexicanos en aquel país y con Cuba por la acusación de que el gobierno mexicano ocultó la presencia del virus ante la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a México 10 días antes de la declaratoria de alerta.
Pese a que en los últimos dos días las autoridades han decretado el regreso a la “normalidad” y evalúan aumentar los apoyos económicos a los sectores afectados, el recuento del impacto sigue sumando cifras a las pérdidas, tan sólo las aseguradoras revelaron el pago de 5.8 millones de pesos en gastos médicos de personas que contrajeron el virus.
Las sospechas
Desde fines de marzo, las autoridades supieron del repunte en casos de enfermedades respiratorias, al que señalaron como una prolongación de la influenza estacional.
La presencia de un “brote de infección respiratoria aguda” en 591 personas (26%) de la La Gloria, en Perote, Veracruz, alertó el 11 de abril a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) mediante el grupo de Alerta y Respuesta de Epidemias, por lo que solicitó datos a México para informarlo a la OMS. De todos, sólo Édgar, un niño de 5 años se le pudo confirmar la presencia del nuevo virus.
Para entonces, “María” —la mujer oaxaqueña de 39 años hospitalizada con un cuadro de neumonía atípica y probable coronavirus— muere el 13 de abril y ante la presunción de que era SARS, influenza o para influenza en alguno de sus cuatro tipos, se le toman muestras que se enviaron al laboratorio nacional de Canadá.
Después de que se entregaron los informes en los que se detalló una evaluación de riesgo, la Secretaría de Salud decretó el 17 de abril una “alerta epidemiológica” en siete entidades por la presencia de influenza estacional y neumonía atípica grave.
Los dos días siguientes —sábado 18 y domingo 19— la Secretaría realizó un operativo en 23 hospitales públicos y privados del Distrito Federal y encontró a 120 personas con un cuadro clínico compatible con la enfermedad y se registraron cinco muertes.
En esos mismos días, en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en Atlanta, se identificaron dos personas con el nuevo virus A H1N1 en California.
Los días de máxima alerta
El 23 de abril a las 15:00 horas, los laboratorios de Canadá notificaron al secretario de Salud, José Ángel Córdova, que las muestras obtenidas de la mujer oaxaqueña y otras 50 muestras confirmaban la presencia del nuevo virus semejante al ubicado por el CDC.
El secretario lo comunicó directo al presidente Felipe Calderón, quien citó a reunión urgente de gabinete; tres horas después, el secretario de Salud, determinó en un mensaje de cadena nacional suspender por primera vez en el país, las clases en todos los niveles desde preescolar hasta universidades, evitar ir a sitios concurridos o eventos multitudinarios en el Distrito Federal y estado de México, por ser las entidades más afectadas en el número de contagio y reportar 20 muertos.
En los siguientes dos días —mientras la población evitó acudir a espacios concurridos— se agotaban y encarecían los cubrebocas, gel desinfectante y antivirales en las farmacias, se incrementó el número de personas afectadas con los síntomas. Los muertos para entonces sumaban poco menos de 70.
La población vivió pendiente de los centros hospitalarios y clínicas de referencia. Ante es escalamiento de casos el presidente Calderón encabezó la primera reunión con los secretarios de salud del país (Consejo Nacional de Salud); en ella se distribuyeron antivirales y pactaron medidas para seguir la epidemia.
Hasta entonces, el número de infectados sumaba más de mil 300 y se contabilizaban 81 muertes; San Luis Potosí ya presentaba una alta incidencia que hizo que se sumara a la suspensión de clases.
Frente al incremento de contagios en el Distrito Federal y las compras de pánico que se suscitaron, el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, estableció a partir del domingo 26 de abril un sistema de información paralelo al del gobierno federal sobre la evolución de los casos y anunció la posibilidad de detener la actividad económica local.
Ese mismo día Aguascalientes, Nuevo León, Querétaro, Hidalgo, y Chiapas también anunciaron la suspensión de clases.
El lunes 27 de abril, con las atribuciones de un decreto presidencial, el Secretario de Salud tomó el mando de la contingencia epidemiológica y determinó la suspensión total de clases en todo el país hasta el 6 de mayo.
Discriminación, costo de la alerta
El contagio confirmado en Canadá, Estados Unidos y Europa hizo que la OMS elevara su alerta del nivel 3 al 4, de un total de 6 para decretar la pandemia.
Las sospechas del surgimiento del nuevo virus al que se denominaba “porcino” orientaron los focos a una granja porcícola en Veracruz; mientras, se conoció la muerte por neumonía de Fernando Solís, director del Museo Nacional de Antropología, a unos días de la visita a ese lugar del presidente estadounidense, Barack Obama.
Los donativos de España y China llegaron. El gobierno anunció el 29 de abril la suspensión de las actividades económicas y administrativas por cinco días ante el avance de la epidemia y contabilizar 176 muertes sospechosas; sólo se mantuvieron las “actividades esenciales” de abasto de alimentos, energéticos, médicos y seguridad pública.
Por su parte, la OMS aumentó el nivel de su alerta de 4 a 5 luego de que se confirmaron casos en Reino Unido, España, Alemania, Nueva Zelanda, Israel y Australia, también bajo el señalamiento de que la mayoría de los infectados habían viajado a nuestro país.
De igual manera, al descifrar el genoma del virus e iniciar la elaboración de una vacuna que prevenga el contagio, la OMS cambió el nombre de la influenza y la llamó humana, tras la intervención de la FAO ante los daños económicos en el sector porcícola.
En ese momento surgió el rechazo y la discriminación en el mundo a México e inició la cancelación de vuelos y cruceros procedentes de Canadá, Argentina, Cuba, Perú, Ecuador y Chile.
Ello generó por días el señalamiento del gobierno mexicano a la existencia de problemas de salud como dengue, sarampión y hasta de “hambre” a algunos países que cerraron las puertas a México, o como Haití, que rechazó ayuda humanitaria de nuestro país en esos días.
Pese a que el gobierno mexicano calificó —a través de la Secretaría Relaciones Exteriores— el trato discriminatorio, xenofóbico, unilateral e injustificado de dichas medidas, fue China la que asumió la postura más radical al iniciar el aislamiento de 50 mexicanos, enfermos y sanos en su territorio, lo que obligó —días más tarde— a que México enviara un avión para el “rescate” de los turistas connacionales.
Con Cuba, el conflicto diplomático surgió a partir de las declaraciones del comandante Fidel Castro, y en respuesta se mantiene en suspenso la visita oficial del presidente Calderón a aquel país.
En una llamada telefónica entre los presidentes Calderón y Obama, este último ratificó su postura de mantener fronteras abiertas con México durante la contingencia.
En ocasión de la 62 asamblea de la OMS, el secretario Córdova Villalobos expresó que el costo para México por haber lanzado la alerta epidemiológica al mundo fue elevado, por lo que aprovechó para lanzar un llamado a crear un fondo de apoyo para las naciones que enfrenten esto en el futuro.
Regreso paulatino
Mientras que el Presidente se reunió con los integrantes de la Comisión de Salud de la Conferencia Nacional de Gobernadores para estandarizar la información, luego de que funcionarios de la propia Secretaría de Salud señalaron fallas en la difusión del tema, el 3 de mayo, a la mitad del periodo de suspensión de actividades, el secretario Córdova Villalobos anunció la “fase de descenso” en el número de casos, pero con la expansión del padecimiento a más entidades.
A pesar de ello las campañas electorales —rumbo a la elección del 5 de julio— no pararon, iniciaron de forma inédita a través de internet.
Un día después, el Presidente, los 31 gobernadores y el jefe de gobierno capitalino —quien por ciento visitó por primera vez Los Pinos— sostuvieron una reunión en la que se acordó el regreso a clases escalonado, con la instalación de filtros escolares y medidas de higiene y limpieza que reveló el número de planteles que carecen de agua y falta de infraestructura sanitaria.
Los estudiantes de bachillerato y universidad regresaron a las aulas el 7 de mayo y los de educación básica hasta el lunes 11, excepto en las ocho entidades donde se presentó un brote de la epidemia.
El 6 de mayo, el gobierno del Distrito Federal —quien creó su propio semáforo de alerta— redujo la escala a media, y bajo una serie de medidas que dispusieron la distancia idónea entre las personas, permitió la apertura de los negocios de bares, restaurantes, cines, teatros y estadios.
Aún se hacían balances sobre el anuncio de los estímulos fiscales por parte del gobierno federal por más de 18 mil 800 millones de pesos, las multas a 680 empresas que incumplieron la suspensión de actividades, cuando el virus tuvo un repunte en Jalisco, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Michoacán y San Luis Potosí. Ello obligó a que las clases se reanudaran una semana después, con los filtros escolares.
El pasado jueves 21 de mayo, el gobierno del Distrito Federal redujo a verde el nivel de alerta epidemiológica y pidió regresar a la normalidad total.
Hasta ahora la influenza humana se ha extendido a 42 países, con más de 11 mil casos confirmados. Se ha mencionado la posibilidad de que la vacuna se pueda desarrollar en los próximos meses. Para ello México contribuyó con la entrega de la cepa a la OMS y una vez que se tenga el medicamento pueda ser de acceso a todo el mundo.
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