En México hay más de una decena de volcanes activos; los más peligrosos son el Volcán de Colima y el Popocatépetl. Pero el Pico de Orizaba, y el San Martín Tuxtla, ambos en Veracruz, también están en el listado. En Chiapas, al sur del país, tenemos El Chichón y el Tacaná, mientras que en Nayarit está el Ceboruco.
Gran parte del país está ubicado en la región conocida como el Cinturón de Fuego, que abarca las costas del pacífico y se caracteriza por constante actividad sísmica y volcánica.
Los expertos aseguran que no es necesaria una gran actividad volcánica para estar alerta.
Las ceniza volcánica, por ejemplo, puede causar silicosis y problemas respiratorios cuando es inhalada; limitar la visibilidad de los transportes y tapar coladeras y drenajes.