El parkinson es una enfermedad desconocida y compleja donde las personas afectadas se enfrentan en cada nueva etapa de la enfermedad a nuevos retos a los que tienen que adaptarse. Además, para mejorar su calidad de vida y para poder hacer frente a las consecuencias derivadas del amplio abanico de síntomas es necesario que combinen los tratamientos farmacológicos con terapias de rehabilitación (fisioterapia, logopedia y apoyo emocional y psicológico, entre otros).
Es un trastorno que afecta las células nerviosas, o neuronas, en una parte del cerebro que controla los movimientos musculares.
Las neuronas producen una sustancia química llamada dopamina,cuando no existe la dopamina en el cerebro, los músculos dejan de funcionar normalmente; esta deficiencia de dopamina ocasiona problemas musculares y de movimiento.
Inicia con una ligera agitación de los brazos y las piernas que el paciente no puede controlar, algunos de los síntomas presentados son: temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara; rigidez en los brazos, las piernas, el tronco, el cuello y los hombros; lentitud de los movimientos y problemas de equilibrio y coordinación. Entrada más avanzada la enfermedad se puede presentar la dificultad para caminar, pérdida del equilibrio, depresión, trastornos del sueño y dificultades para masticar, tragar e inclusive hablar.
El tratamiento para esta enfermedad es mediante vía oral, cirugía y la terapia física.
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