La Habana, Cuba.-
El líder cubano Fidel Castro acusó hoy a Estados Unidos de “promover el derrocamiento” del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y opinó que una acción de ese tipo “puede ocasionar un río de sangre en Venezuela”.
En su columna “Reflexiones”, el ex presidente caribeño consideró este sábado “una grosera mentira” las versiones de que en la alta dirección del gobierno venezolano existe una “desesperada lucha” por reemplazar a Chávez si no logra superar el cáncer que lo aqueja.
“Por el contrario, he podido observar la más estrecha unidad de la dirección de la Revolución Bolivariana”, dijo Castro y aseguró que “la oligarquía jamás podría gobernar de nuevo ese país”, en alusión a las cruciales elecciones del 7 de octubre próximo.
Castro, de 85 años, a quien Chávez, de 57, considera su mentor ideológico, aseguró que “en lo inmediato, todos los latinoamericanos y de modo especial nuestro país, serán afectados por el proceso que tiene lugar en Venezuela”.
“La sangre venezolana, es sangre ecuatoriana, brasileña, argentina, boliviana, chilena, uruguaya, centroamericana, dominicana y cubana”, argumento el jefe de la Revolución cubana en su artículo titulado “Lo que Obama conoce”.
“Apenas necesito repetir lo que ustedes conocen: los vínculos estrechos de nuestro pueblo con el pueblo venezolano, con Hugo Chávez, promotor de la Revolución Bolivariana, y con el Partido Socialista Unido creado por él”, apuntó.
En otra parte de su nota publicada en la prensa oficial, comentó sobre el programa de Cooperación Médica de Cuba con Venezuela y dijo que Chávez, quien recibe tratamiento en Cuba contra el cáncer ha mantenido una “ejemplar conducta”.
“Ha cumplido estrictamente con las medidas pertinentes sin dejar de atender sus deberes como Jefe de Estado y líder del país”, escribió.”
La oposición venezolana critica a Chávez por estar “gobernando desde Cuba” y por los elevados gastos que ocasionan sus repetidos traslados a uno y otro país para el tratamiento de la enfermedad.
“Me atrevo a calificar su actitud como heroica y disciplinada. De su mente no se apartan, ni un solo minuto, sus obligaciones, en ocasiones hasta el agotamiento. Puedo dar fe de ello porque no he dejado de tener contacto e intercambiar con él”, aseveró Castro.
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