Ámsterdam, Hol.-
En la ciudad de Ámsterdam, Holanda, se encuentra una curiosa “villa” destinada a funcionar como hogar para aquellos ancianitos que por alguna razón requieran ser ingresados a un asilo donde puedan ser monitoreados las 24 horas del día.
El valor agregado que ofrece esta particular instalación es que al ingresar pareciera ser un pueblo real de la región, lo que incluye calles, tiendas, restaurantes, sala de cine e incluso un salón de belleza.
Todo esto se suma a los 23 departamentos que fungen como casa de los 152 residentes que han llegado ahí desde que el recinto abrió sus puertas en el año 2009.
Conocido como Hogewey, el sitio aparenta a la perfección una desafortunada, pero necesaria, limitante en la libertad de los adultos mayores; surgió con la idea de mantener vigiladas a las personas de avanzada edad con problemas de demencia, sin necesariamente es hacerlos sentir que pierden por completo lo que algunas vez fueron.
Es de esperarse que surja una cuestión ética del asunto: ¿las instalaciones funcionan para un beneficio propio de los ancianos o representa una cruel decisión que atenta contra su dignidad?
A las opiniones negativas, Marianne Smith, profesora especializada en cuidados de demencia en la Universidad de Iowa, comenta, “se trata de acomodarse al deseo de la persona de vivir una vida normal en un ambiente parecido al de una comunidad. El programa es mejor que los asilos normales que parecen hospitales”.
De igual manera, los cerca de 250 empleados de la villa defienden el proyecto, pues a pesar de que trabajan de incógnito para que los residentes crean que están en un pueblo real, comentan que en caso de que algún paciente les pregunte, no tienen por qué mentir; más bien les recuerdan que están viviendo en un lugar donde reciben la atención y el apoyo que necesitan.
Sin embargo, según Isabel van Zuthem, oficial de información de Hogewey, la mayoría de los pacientes olvidará esta información a los 15 minutos.
Las instalaciones diseñadas según el estilo europeo, logran que los pacientes perciban el mundo según el grado en que su enfermedad o edad les ha permitido entenderlo.
“El acercamiento que tiene Hogewey puede significar la manera más amable de cuidar a las personas con tal grado de demencia”, comenta Paul Newhouse, director del Centro de Medicina Cognitiva de la Universidad de Vanderbilt.
Desde su inauguración, los resultados han demostrado ser positivos de dos maneras. La primera en un nivel físico para los pacientes, pues se comprobó que los residentes de la Villa Falsa requieren menos medicamentos a medida que pasa el tiempo y comen mejor, mientras que a nivel mental se les puede notar más animados.
La segunda manera, es el gran estrés del que sus familias se apartan al asegurar su cuidado y su felicidad en un lugar seguro, pues es clara la gran preocupación que guardan por ellos.
No cabe duda que Hogewey ha venido a revolucionar un concepto del que poco se había considerado un cambio, y se logró de manera en que se asegura lo más importante en la vida de una persona: su felicidad plena. (Bárbara Luque)
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Con información de ABC News Radio y CNN.
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