Ciudad del Vaticano.-
El proceso de certificación de la transparencia de las finanzas de la Santa Sede avanzó hoy un paso más, no obstante los escándalos que los últimos días han azotado al “banco del Vaticano”, el IOR.
Según comunicó la sala de prensa de la Sede Apostólica, el organismo de control interno y de lucha contra el lavado de dinero, la AIF, fue admitida en un organismo que reúne a las unidades de información financiera a nivel global.
Se trata de la Autoridad de Información Financiera (AIF), establecida en 2011 a instancias del Papa Benedicto XVI y que se dedica a monitorear las operaciones económicas dentro del Estado pontificio.
Esta autoridad fue admitida como miembro del Grupo Egmont, durante su vigésimo primera reunión plenaria que tuvo lugar en Sun City, Sudáfrica.
Al adherir a Egmont la AIF se insertará en una red global de unidades de información financiera que facilita el intercambio de datos para la lucha contra los crímenes financieros. Fundado en 1995, el Grupo reúne a representantes de unos 130 países.
“La admisión representa el reconocimiento de los esfuerzos sistemáticos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano en identificar y combatir el reciclaje de dinero y el financiamiento al terrorismo”, declaró René Bruelhart, director del AIF.
Esta noticia llega mientras la magistratura italiana está investigando varias operaciones sospechosas de lavado de dinero que involucran al Instituto para las Obras de Religión, conocido coloquialmente como el “banco del Vaticano”.
De hecho el reporte anual de la misma Autoridad de Información Financiera, presentado en mayo último por el propio Bruelhart, estableció que el organismo a su cargo identificó -durante 2012- un total de seis actividades sospechosas en organismos de la Santa Sede.
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